Lo que sucedió el pasado domingo 20 de marzo en Madrid fue un hecho histórico: la Castellana madrileña se llenó casi por completo y la gran marea naranja de manifestantes llegó a alcanzar varios kilómetros. La mayoría eran cazadores, pero los medios generalistas se han empeñado en dejar en un segundo plano a los aficionados a la actividad cinegética destacando la presencia de ganaderos, agricultores y otros usuarios del medio rural que, si bien su presencia fue muy importante, nada tuvo que ver su poder de convocatoria con el de los cazadores. Por todo ello hoy Jara y Sedal ha decidido vestirse de naranja y ha cambiado el color de su logotipo en todas sus redes sociales.
La iniciativa trata de reivindicar la gran asistencia de aficionados a la actividad cinegética que colapsó Madrid con un mensaje claro: el de protestar contra la reforma del Código Penal y el Anteproyecto de la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, unos planes del Gobierno que ponen en jaque al futuro del sector.
A pesar de que la mayoría de medios no han recogido la realidad, estamos seguros de que el mensaje ha llegado a la Moncloa. El gigante dormido de la caza ha despertado.