Un vecino del barrio Mosson de Montpellier se topó recientemente con una escena tan insólita como alarmante: un jabalí estaba durmiendo plácidamente en el rellano del cuarto piso de su edificio. El animal había conseguido colarse hasta las alturas sin que nadie lo advirtiera y, según algunos residentes, su actitud tranquila podría deberse a que estaba acostumbrado al contacto humano. Finalmente, fue capturado por cazadores de la región, que lo retiraron sin incidentes.
Este episodio, que rápidamente se difundió por redes sociales con la foto del suido tumbado en el suelo, no es un caso aislado. En los últimos años, Montpellier se ha convertido en un foco de conflictos con los jabalíes, cuya presencia en calles, carreteras y jardines es cada vez más habitual. La población se muestra entre sorprendida y preocupada por unos animales que, adaptados al medio urbano, han perdido el temor a la gente.
Una proliferación sin freno
La proliferación de jabalíes en el departamento de Hérault, cuya capital es Montpellier, responde a varias causas: la ausencia de depredadores naturales, la abundancia de alimento y una presión cinegética insuficiente. Aunque la Administración francesa autoriza a los cazadores a abatir 30.000 ejemplares al año, el colectivo advierte de que la cifra resulta insuficiente para frenar su crecimiento descontrolado.
La situación genera accidentes de tráfico, daños agrícolas y ahora también incursiones en viviendas particulares, lo que ha provocado la alarma entre las autoridades locales y los vecinos.
El plan de Montpellier
Ante este escenario, el Ayuntamiento de Montpellier, en colaboración con el Centro de Ecología Funcional y Evolutiva del CNRS, ha puesto en marcha un estudio para identificar las zonas donde los jabalíes descansan durante el día antes de adentrarse en la ciudad por la noche. El objetivo es reducir las incursiones y, al mismo tiempo, concienciar a los ciudadanos de que alimentar a estos animales solo agrava el problema.
Las autoridades insisten en que los jabalíes deben mantenerse en el medio natural y que su presencia en entornos urbanos plantea serios riesgos tanto para la seguridad vial como para la convivencia diaria.
Otros casos insólitos en Europa
El caso de Montpellier recuerda a otro suceso ocurrido en Génova en noviembre de 2022, cuando un hombre se encontró a un jabalí durmiendo en el felpudo de su casa. El animal, que había entrado por una puerta mal cerrada, permaneció allí hasta que las autoridades lo retiraron. Las imágenes dieron la vuelta a internet, confirmando que la expansión del jabalí en las ciudades europeas es ya un fenómeno común.
