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El Gobierno impide el control de los gatos asilvestrados en el medio natural con una normativa inasumible

Un gato acecha un nido en el camo. © Shutterstock

Los gatos callejeros son uno de los animales que más preocupación están generando actualmente en nuestro país. Esto se agravó todavía más cuando el Gobierno dio a conocer su Ley de Bienestar Animal, que los convierte en los grandes protegidos y prohíbe su control a pesar de los graves daños que generan a la fauna.

Todo ello, además, haciendo caso omiso a las advertencias que más de 900 científicos transmitieron en una carta acerca del peligro de estos felinos para los seres humanos y para otras especies amenazadas. De hecho, hace unos días, en este medio nos hacíamos eco de las palabras de Miguel Clavero, investigador en la Estación Bióloga de Doñana (EBD-CSIC).

Un gato asilvestrado tras cazar un pájaro. © Shutterstocks

El biólogo aseguró que los gatos callejeros suponen «un problema ambiental» y que estamos ante una situación en la que es urgente buscar una solución y sacar a los felinos de la calle. Asimismo, puso de manifiesto que la sociedad aún no es consciente de la gran magnitud de riesgo que constituyen.

Tampoco parecen serlo del todo los redactores de la Directriz Técnica sobre Gestión de Colonias Felinas, publicada este viernes, 2 de agosto, en pleno parón vacacional, por la Dirección General de los Derechos de los Animales. Esta ha nacido con el objetivo de conseguir una progresiva reducción de colonias felinas y gatos comunitarios, pero lo cierto es que las medidas que propone serán prácticamente inútiles, especialmente en el entorno rural y natural.

Los gatos callejeros, gran amenaza del entorno natural y rural español

Para conocer el impacto que estos gatos asilvestrados tienen en el entorno rural y en el medio natural, hace apenas un mes, científicos de la Universidad de la Laguna (ULL) publicaron un estudio sobre el número de animales con los que acababan estos felinos en Gran Canaria.

A raíz de esto, Clavero abrió un hilo en la red social X intentando averiguar esa misma cifra, pero a nivel nacional en España. De este modo, sus estimaciones apuntaron que los gatos matarían a 28 millones de animales al año en nuestro país. A esto se suma que, tal y como explicó el investigador, también pueden ser un problema para la salud pública al sufrir muchas enfermedades, como la toxoplasmosis, que pueden contagiar a los humanos.

Lo cierto es que los gatos asilvestrados en el campo son muy difíciles de controlar al ser animales salvajes y, además, lo es más aún ahora que no se lleva a cabo con la actividad cinegética.

Un gato asilvestrado cazando un ave. © Shutterstock

Un protocolo de actuación imposible

Para tratar de buscar una alternativa, en dicha directriz sobre gestión de poblaciones felinas han establecido un protocolo de actuación para esos animales que tanto impacto negativo están teniendo en la biodiversidad. El sistema por el que apuestan es el método CER (Captura-Esterilización-Retorno), lo que supondría una reducción de sus poblaciones muy a largo plazo. Lo que los redactores no se han parado a considerar es que, como decíamos, los gatos que viven en espacios naturales no son domésticos y capturarlos resulta extremadamente difícil porque se comportan como animales salvajes, habitando en rincones donde en muchos casos los encargados de aplicar los métodos CER no son capaces de llegar.


Un experto investigador de Doñana apoya retirar millones de gatos de las calles de España


Por si esto fuera poco, entre otras cuestiones el documento de la dirección general animalista plantea que para poder actuar sobre estas poblaciones asilvestradas es obligatorio un estudio previo realizado por parte del «personal técnico perteneciente a una administración pública competente». Cabe destacar, en este caso, la imposibilidad que supone hacer algo así teniendo en cuenta los 8.132 municipios que hay en España.

Como conclusión, podemos afirmar que el protocolo de actuación que propone la Directriz Técnica sobre Gestión de Colonias Felinas será inaplicable sobre el terreno e imposibilitará retirar de nuestros campos a los gatos asilvestrados que tanto daño hacen a la biodiversidad y que, hasta la fecha, eran controlados mediante la actividad cinegética.

       
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