El organizador de cacerías Manuel Rivera, natural de la localidad pacense de Hornachos, abatió el pasado 26 de diciembre junto a su cliente Juan Montalvo Aranega -natural de Castril (Granada)– el que podría ser nuevo récord de España de muflón. El extraordinario animal fue abatido en un coto de la provincia de Cáceres y, según Rivera, sus cuernos podrían alcanzar la friolera de 240 puntos CIC.
De confirmarse esta puntuación, se pulverizaría el actual récord de muflón en nuestro país, un ejemplar de 230,60 puntos. Sería incluso mayor que el abatido el año pasado por el murciano Jesús Vidal Navarro en 2021 y que también alcanzaba en verde los 230,90 puntos. Vidal logró cazar esa pieza durante una montería celebrada en las cercanías de la localidad ciudadrealeña de Almodóvar del Campo.
Decidieron hacerle una espera
Rivera gestiona la orgánica Cinegética Sierra Grande Hunting Safaris, empresa con la que lleva 11 años y con la que se dedica, sobre todo, a la gestión del macho montés en la Sierra de Gredos y también realiza safaris y caza internacional. En este caso, un cliente del municipio de Castril (Granada) lo llamó para abatir un muflón, con la suerte de que se hizo con este monstruoso ejemplar.
«El cliente lleva dos años cazando con nosotros y, sin duda, es un rececho que no olvidará jamás», explica el cazador a esta redacción. Los dueños de la finca querían abatir este ejemplar por edad y por trofeo y Rivera decidió que fuese este cazador granadino el afortunado de hacerlo: «Fue un lance atípico, porque lo esperábamos por un lado y nos entró por otro; fue difícil», relata a este medio.
Tenía una herida en la frente de las peleas
El cazador sigue describiendo que «le hicimos una espera, ya que lo intentamos recechar en varias ocasiones pero no había forma. Era un animal muy viejo, con unos siete años. Al final, logramos cazarlo después de que saliese por detrás del lugar en el que lo estábamos esperando. Venía a la cabeza de una pelota de machos y hembras, y además sobresalía un montón sobre el resto, por lo que se podía distinguir fácilmente», sigue relatando Rivera.
Además, explica que «tenía una herida en la frente de las peleas, ya que debió de ser un animal problemático y lleno de cicatrices». El cliente lo abatió con un rifle Blaser R93 en calibre .300 con munición RWS.