Europa juega un papel destacado en las políticas relacionadas con las prácticas cinegéticas y sus aplicaciones en los territorios nacionales, por ello los cazadores y la población rural de la UE han decidido movilizarse y llevar a cabo una petición online para hacer entender a las instituciones europeas que la ruralidad y el mundo cinegético están cansados de no ser escuchados en estos órganos.
Después de que desde hace varios años Europa dicte decisiones en ocasiones perjudiciales para el sector de la caza, la pesca y el mundo rural en general en hechos como la prohibición de la caza de la tórtola o del uso del plomo en humedales, la Federación Europea para la Caza y la Conservación (FACE) junto con sus miembros -la Real Federación Española de Caza y otras 36 asociaciones nacionales de caza en toda Europa- han lanzado «La Campaña de los Cazadores Europeos» para hacer ver a la Comisión Europea la importancia de la caza y la conservación.
«Europa socava nuestro patrimonio cinegético y rural mediante decisiones dogmáticas e infundadas. Firmar esta petición significa alertar a las autoridades europeas sobre la realidad de las acciones positivas de los cazadores por la naturaleza, y concienciar a los parlamentarios sobre la brecha que se está ampliando entre el mundo rural, los cazadores y Europa», expone la descripción de la petición.
Si desea firmarla, sólo tiene que ir al sitio web creado para la ocasión en este enlace, que ya alcanza cerca de 60.000 firmas. Con su rúbrica, sus datos permanecerán estrictamente confidenciales y protegidos. Puede darse de baja en cualquier momento a través del enlace que se encuentra en la parte inferior de los correos electrónicos. También tiene derecho a modificar o eliminar sus datos poniéndose en contacto con info@face.eu .
¿Qué reivindica este movimiento?
Este movimiento, entre sus puntos, reclama «una Europa rica en biodiversidad para todos los ciudadanos europeos a través de la gestión adaptativa, una herramienta relevante para la conservación de todas las especies».
Además, pretende una política medioambiental europea que fomente las actuaciones al servicio de la biodiversidad que realizan los cazadores, incluso en espacios protegidos. «Queremos una legislación ambiental europea que actúe concretamente a favor del hábitat de la caza menor en humedales y tierras agrícolas, en particular mediante el establecimiento de incentivos fiscales», añaden.
Además, defienden que «los cazadores, en términos de salvaguarda de la biodiversidad, deben ser reconocidos como la fuente de la solución y no la causa del problema. La Comisión Europea y la DG de Medio Ambiente deben dejar de acosarnos sistemáticamente, por ejemplo en la cuestión del plomo, cuya prohibición se ha pronunciado sin consulta o un período de transición compatible con la adaptación de la herramienta industrial».
Además, piden que los «recuentos de poblaciones de grandes depredadores sean más precisos, realizados sobre la base de criterios apropiados, en particular mediante el uso de la genética y un procedimiento de registro más flexible en el marco de la Directiva sobre hábitats de fauna y flora», además de «un enfoque objetivo y científico de la caza que tenga en cuenta nuestras especificidades regionales».
También quieren que «las leyes, reglamentos y directivas en materia de caza sean justas, acordes con los principios de subsidiariedad y proporcionales al impacto de estas decisiones en los sectores afectados». «Queremos que se respete nuestro patrimonio rural y cultural porque es fundamental para mantener la diversidad de formas de vida de los ciudadanos europeos. Queremos mantener nuestras cacerías tradicionales y patrimoniales», añaden en su manifiesto. También solicitan que Bruselas use su influencia para llevar sus prácticas y estilos de vida a nivel mundial con la inscripción de éstos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.