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Un insecticida oral para perros acaba con el mosquito que transmite la leishmaniasis

Un ensayo clínico liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) demuestra la eficacia de un insecticida oral para perros que logra matar al vector de la leishmaniasis.  
9/1/2019 | Redacción JyS

Perro durante una jornada de caza. / Shutterstock

Un ensayo clínico liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) ha demostrado la eficacia de un insecticida oral para perros contra la leishmaniasis, una enfermedad parasitaria transmitida por insectos, por lo que su uso comunitario «puede representar una estrategia de control» según destaca el investigador del Institut, Albert Picado. 
El estudio, publicado en Parasit Vectors, ha pasado a la práctica un modelo matemático desarrollado por el equipo de Picado y ha demostrado que una sola dosis oral del insecticida logra matar insectos flebótomos que se alimentan de sangre de perros tratados, según ha explicado el ISGlobal en un comunicado.
Los científicos de este centro, en colaboración con investigadores de la Universidad de Zaragoza, han demostrado la eficacia en la reducción de la transmisión del parásito, que supone un problema de salud pública en zonas endémicas.

¿Qué es exactamente la leishmaniasis?

La leishmaniasis visceral, causada por el parásito Leishmania infantum, se transmite al humano por la picadura de hembras flebótomas que se alimentan de mamíferos infectados, particularmente perros.
La leishmaniasis visceral o kala-azar (término que significa enfermedad negra y que es debido a la coloración grisácea de la piel que es adquirido por habitantes de la India con esta enfermedad) es producida por especies del complejo de Leishmania donovani.
La enfermedad en humanos se caracteriza por un cuadro febril crónico. Hasta ahora, las estrategias probadas como el sacrificio de perros infectados e insecticidas tópicos y en collares, han tenido un impacto limitado.

Los cazadores, también clave para acabar con la leishmaniasis

Hace algo más de un año, Jara y Sedal se hacía eco de cómo los cazadores fueron clave a la hora de controlar un brote de esta enfermedad que afectó a cinco municipios madrileños gracias a la captura de conejos y liebres que actuaban como reservorio. 
El Ejecutivo autonómico, en aquel final del año 2017, declaró comarca de emergencia cinegética temporal a los municipios de Alcorcón, Fuenlabrada, Leganés, Getafe y Móstoles, cinco localidades que suman 930.000 habitantes.
Por ello, la consejería autorizó en esta zona de emergencia la captura de 29.000 conejos y liebres. De los ejemplares analizados, la enfermedad tenía una prevalencia del 57% en liebres y del 13% en conejos. Para capturarlos, se utilizaron cinco métodos: hurones, redes, aves de cetrería, galgos y armas de fuego

       
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