El brote que afecta a cinco municipios madrileños se encuentra controlado gracias a la captura con hurones y capillos, aves de cetrería, galgos y armas de fuego.
10/11/2017 | Redacción JyS

Control de la población del conejo / Fotografía: El Confidencial
Control de la población del conejo. / Fotografía: El Confidencial

Tal como informa El Confidencial, la leishmaniasis está controlada en estos puntos gracias a las medidas tomadas por la Comunidad de Madrid, quien continúa su labor de control y prevención en colaboración con cazadores de la zona. En los últimos tres años ha autorizado la caza de 29.000 conejos y liebres en el sur de la región con el fin de paliar el brote.
El Ejecutivo autonómico declaró comarca de emergencia cinegética temporal a los municipios de Alcorcón, Fuenlabrada, Leganés, Getafe y Móstoles, cinco localidades que suman 930.000 habitantes.
Todo comenzó cuando en 2010 saltaron las alarmas al detectarse 97 casos en seres humanos, cifra que se disparó hasta los 197 en 2011. En 2012 hubo 160, bajando a 91 en 2013 y 94 en 2014, cuando se consolidó el programa de control de conejos y liebres en esta zona. Los casos se redujeron a 44 en 2015 y a solo 13 en 2016. En los dos primeros meses de 2017 se han contabilizado cinco, según el Boletín Epidemiológico Regional. En total, 677 casos en personas, el 80% de ellos en Fuenlabrada.

Los cazadores, la clave para acabar con la leishmaniasis

En las últimas tres temporadas de caza, la consejería ha autorizado en esta zona de emergencia la captura de 29.000 conejos y liebres. De los ejemplares analizados, la enfermedad tenía una prevalencia del 57% en liebres y del 13% en conejos. Para capturarlos, se utilizan cinco métodos: hurones, redes, aves de cetrería, galgos y armas de fuego.
La ‘leishmaniasis’ se transmite por la picadura de un insecto que alberga un parásito, un protozoo. En este caso, el insecto que amenaza el sur de Madrid es la hembra, la cual es más pequeña que un mosquito y no emite zumbido al volar. Su periodo de vuelo va de mayo a octubre. Provoca dos tipos de enfermedad, la cutánea, que suele ser más leve, y la visceral, que es mortal si no se trata porque afecta al bazo y a la médula ósea. El 40% de los casos detectados han sido viscerales.
Francisco Javier Carrión, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, explica que «La Comunidad de Madrid decidió crear un gran parque sin llevar a cabo una evaluación de impacto ambiental. Para ello se utilizó una zona de Fuenlabrada constituida principalmente por antiguos campos de cultivo abandonados y zonas de escombrera. El hábitat ideal tanto para el insecto que transmite la ‘leishmania’, el flebotomo, como para reservorios del parásito, como liebres y conejos».
He aquí el problema puesto que el parásito se ha vuelto mucho más virulento cuando interactúa con conejos y liebres, y en esa zona del sur de la región hay miles de estos lepóridos.

Desarrollo de la Leishmaniasis en la Comunidad de Madrid / Fotografía: El Confidencial
Desarrollo de la Leishmaniasis en la Comunidad de Madrid y cómo ha disminuido gracias al control de liebres y conejos mediante la caza. / Fotografía: El Confidencial