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Se hace viral el mensaje de un vehículo de conservación de carreteras ordenando poner el precinto a los corzos

Dos detalles del vídeo.

Precintar los corzos abatidos es una tarea de responsabilidad que todo cazador está obligado a llevar a cabo para la buena gestión de nuestros cotos. Es algo que siempre recordamos en este medio, pero que nunca está de más volver a repetir. Y, en este caso, ha sido un vehículo de conservación de carreteras el que, en tono de humor, ha advertido precisamente de la importancia del precintado de corzos ahora que nos encontramos en plena temporada.

Probablemente se trate de una broma que alguno de los trabajadores ha protagonizado para que se reproduzca en el vehículo mientras reparaba la calzada, si bien no está de más compartir este tipo de anécdotas graciosas, debido al trasfondo que tiene y a la viralidad que han conseguido las imágenes en las redes sociales. «Me voy a ir a dar una vuelta por la carretera… alguno flipa. Es para cogerla un sábado por la mañana», dice entre risas la persona que graba el vídeo refiriéndose a una de las jornadas en las que más cazadores salen a recechar esta especie por todo el país.

Recordamos que, por norma general, en la totalidad de comunidades autónomas de nuestro país una vez abatido un corzo, el cazador no podrá desplazar la pieza hasta no haber colocado el precinto correspondiente correctamente cumplimentado, además de haber procedido a cortar su matriz para enviarla posteriormente a la consejería competente en materia de medio ambiente. Esto es precisamente lo que recuerda el mensaje del vehículo.

Precintar bien los corzos, una tarea imprescindible (si no quieres ser denunciado)

Un precinto mal cumplimentado. © Guardia Civil

Recordamos que precintar bien los corzos es una tarea imprescindible y por lo que puedes ser denunciado si no lo haces correctamente. Y si no que se lo pregunten al individuo al que hace unos días agentes medioambientales intervinieron dos cabezas de machos de corzo recién abatidos en Burgos que, aunque portaban un precinto, uno no tenía cumplimentada la fecha de su caza y, además, ambos estaban incorrectamente colocados, lo que permitía su reutilización.

       
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