La Federación Extremeña de Caza está impulsando, durante estos meses, una serie de proyectos de investigación para mejorar la caza menor. Hace unos días hablábamos de desarrollo del ‘Actimel’ para la caza menor, un alimento que busca reforzar el sistema inmunitario de las principales especies menudas.La investigación es uno de pilares sobre los que sustentan el presente y, sobre todo, el futuro de la caza, por eso la Fedexcaza ha lanzado estas investigaciones (financiadas con los fondos de los propios cazadores federados) cuyas conclusiones podrían repercutir en el beneficio de todos los cazadores. Todas ellas tienen al conejo (Oryctolagus cuniculus) como protagonista, y una de las más importantes es la comandada por el científico Javier Alonso Durán.
Ésta lleva por nombre completo ‘Investigación encaminada a favorecer la conservación de ecosistemas de alto valor ecológico a través del diseño de nuevas infraestructuras para mejorar la cría de conejo silvestre en campo’ y, como objetivo principal, tiene el de crear un prototipo de vivar o majano para la cría de conejo en campo que aporte garantías de éxito y reduzca los costes de instalación y adquisición de los ‘modelos improvisados’ usados hasta el momento.
«El prototipo creado incrementará el uso de estas infraestructuras por parte de particulares, gestores y administraciones para la recuperación y conservación de los valores ambientales de ecosistemas de gran importancia», comienza explicando Alonso en declaraciones a Jara y Sedal sobre un proyecto que arrancó el pasado 5 de abril.
Una vieja idea financiada por la Federación Extremeña
«Era una idea que teníamos en mente desde hace tiempo, y se presentó a la Federación de Caza, quienes la recibieron con mucho interés», detalla Alonso sobre el arranque del proyecto. Los técnicos responsables de éste «habíamos trabajado en el proyecto LIfe +Iberlince, coordinado y ejecutando las mejoras del hábitat para el conejo. Al entrar en contacto con la especie, nos dimos cuenta de la importancia que tenía su conservación y desarrollo, así, entre otras ideas, decidimos trabajar para crear un modelo de vivar más novedoso», argumenta el científico.
Su compañía participa en diversos proyectos de investigación dentro del ámbito de la agricultura, la ganadería, la conservación de especies y ecosistemas amenazados: «Estamos muy sensibilizados con los problemas actuales relacionados con la conservación de ecosistemas y el patrimonio natural», expone.
El proyecto ls lideran como Grupo Ecohábitat Ibérico S.L., con la subvención otorgada por Fedexcaza, y con la colaboración de INTROMAC y un apoyo de técnicos externos expertos en gestión cinegética y comportamiento animal.
Optimismo, pero cautela por el momento
Hasta el momento, han seleccionado una mezcla de distintos componentes que dotarán al vivar artificial de mayor ligereza, transpirabilidad, dureza y resistencia frente a insectos. «Se ha diseñado una estructura modular básica, fácilmente replicable en campo y que permitirá una rápida instalación. Al vivar artificial le vamos a dotar de un sistema de desinfección pasivo mediante cal y un punto de desinfección permanente o tempora», explica Alonso.
En este sentido son «muy optimistas», pero ahora «debemos de someter el prototipo a las pruebas de campo, allí veremos a aceptación de la infraestructura por parte de los conejos y la evolución de sus propiedades estructurales iniciales con el paso del tiempo».
¿En qué se diferencia este majano de otros que hay en el mercado?
Sobre la diferencia este majano de otros que ya hay en el mercado, Alonso resalta la idea de «obtener un producto fácil de instalar, duradero y a la vez económico»; pero la principal diferencia con el resto de opciones en el mercado es el componente de desinfección y desinsectación que lleva incluida.
«Esperamos que nuestro majano permita afrontar la recuperación y conservación de poblaciones de conejo de monte con un coste bajo y dejando en el campo pocos residuos, al seguir en todo momento las pautas de instalación y la estrategia de conservación y mejora de la especie», expone Alonso.
El carácter antipredador de este majano… pero con posibilidad de que accedan hurones
Uno de los pilares fundamentales de este majano es que es antipredadores, especialmente contra el meloncillo por su pequeño volumen y facilidad para introducirse en las bocas de los conejos. Así lo reafirma el científico, que explica que «para evitar la entrada de predadores, en las bocas de entrada, que son de forma tubular, tienen una reducción de diámetro respecto del resto del tubo; esto permite la entrada y salida de conejos, pero no de predadores. Durante la duración del proyecto probaremos distintos diseños de bocas de entrada, reduciendo las entradas, creando angulaciones, etc…», expone.
La impermeabilidad total «es muy difícil», pero «debemos de considerar que la infraestructura debe de ser atractiva para el conejo, oquedades estrechas, angulaciones excesivas y otros aspectos podrían hacer repeler la entrada y asentamiento de conejos». Sobre la posibilidad de que accedan hurones, el científico da su visión: «No creo que sea impermeable a los hurones, son mustélidos de pequeño tamaño».
Su carácter antiparasitario y los materiales que se están utilizando para este majano
Otra de sus características es que pretende ser antiparasitario gracias a las líneas de investigación llevadas a cabo por este equipo: «Estamos probando la mezcla de diferentes materiales naturales que pueden crear una barrera frente a la entrada y dispersión de insectos dentro del vivar. Se está probando una mezcla de cal para la estructura del vivar, dotando de un efecto bactericida a largo plazo. Por otro lado, se está buscando la mezcla de materiales con diatomeas para dotar al vivar de un sistema pasivo de desinsectación», expone.
Los materiales de los que está hecho también son novedosos, según reconoce Alonso a Jara y Sedal: «Estamos probando distintas mezclas de materiales, tomando como base el hormigón de cemento y cal. Debemos de considerar que el conejo es un roedor y que la incorporación de materiales poco consistentes desencadenaría en la destrucción del vivar por las escarbaduras y mordeduras de los huéspedes», dice el científico extremeño.
«Nos hubiera gustado incorporar materiales ligeros como maderas o corcho, pero descartamos su uso por la poca durabilidad que tendrían expuestos a la acción del medio y a la propia de los conejos». Uno de los principales objetivos es el de aligerar los componentes, reduciendo los costes de transporte e instalación: «Hasta el momento hemos conseguido reducir en más de un 20% el peso de una infraestructura similar tradicional de hormigón».
Por último, da una fecha estimada de duración de las investigaciones: dos años como mínimo, «pero creemos que en cuestión de pocos meses tendremos una idea muy clara del diseño y materiales a emplear, sólo nos quedará someterlos a un uso intensivo por parte de los conejos de monte en destinos puntos de la geografía extremeña».