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Esta cazadora de AEPES y su perro logran encontrar un raro corzo multipuntas tras acudir a la llamada de un compañero

Virginia Caballero y su perro Arco con el corzo cobrado. © V.C.

La caza del corzo en primavera y verano depara momentos únicos a los cazadores que saben leer las pistas necesarias para meter al macho elegido en la cruz de su visor. Sin embargo, su pequeño tamaño y los nervios pueden hacer que la precisión no sea todo lo perfecta que uno quiere y la bala no impacte en un órgano vital. Es ahí cuando entra en juego el perro de sangre.

Esta historia es una de esas en las que gracias a la afición y el saber hacer de los perros de rastro se consigue un cobro que en un principio podría parecer difícil. En este caso, un cazador disparó sobre un corzo raro, de esos con muchas puntas y estructura compleja que no guarda el patrón típico. De las mismas rosetas nacían una serie de formas puntiagudas que le conferían un carácter especial al animal.

El perro de Virginia en el momento del cobro. © V.C.

Un pisteo tras el disparo al corzo

El cazador consiguió ponerse a distancia de tiro y apretó el gatillo con la última luz del día. Sin saber bien cuál fue el resultado se marchó a casa y avisó a AEPES, quien contactó con la conductora Virginia Caballero para que acudiera al día siguiente con su perro al ser la más cercana al lugar del rececho. «Acudimos al aviso Manu con su perro Oso y yo con Arco. Había pistas que indicaban que el corzo podría estar a escasos metros del tiro, pero la prudencia del cazador al tirar a última hora del día hizo que prefiriera dejarlo para el día siguiente y avisarnos a nosotros», asegura Virginia.

Virginia junto a Arco y el corzo recién cobrado. © V.C.

Por fortuna, el corzo no se movió demasiado y el cobro fue relativamente sencillo: «El corzo es chulísimo pero la pena es que estaba ya totalmente comido por los zorros y no pudimos aprovechar nada», se lamenta Virginia. «Lo bonito de este rastro, es sin duda, además del aprendizaje que sacamos de cada uno, el descubrimiento de Manu como persona, ya que se trata de un chaval joven, con ilusión, muy buena gente y que además, es muy profesional en lo suyo. Gracias a la caza y a AEPES por poner personas y momentos en mi vida que llenan el corazón…ojalá muchas más! y ojalá muchos años».

       
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