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La carne de caza ayuda a combatir el cambio climático

Científicos de la ONU han hecho un llamamiento para cambiar la dieta mundial con el fin de frenar la crisis climática. Inciden en la necesidad de llevar una dieta con más vegetales y carne obtenida con sistemas «resilientes, sustentables y bajos en emisiones de gases de efecto invernadero», requisito que la carne de caza cumple a la perfección.

8/8/2019 | Redacción JyS

Carne de caza. /Shutterstock

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU ha publicado hoy su informe sobre La Tierra y el Cambio Climático, en el que advierte, entre otras cosas, que el clima está afectando la disponibilidad, el acceso, la nutrición y la estabilidad de los alimentos.

La meta del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de dos grados solo puede lograrse si se cambian los usos del suelo a nivel global, según advierte la ONU en el nuevo informe. El cambio de suelo conlleva nuevos hábitos en el consumo de alimentos y en la forma de alimentarse de las familias. Por eso, para frenar el cambio climático los expertos de la ONU abogan por fomentar una dieta equilibrada, con mayor número de alimentos basados en plantas –grandes granos, legumbres, frutas, vegetales…– y por consumir «alimentos de origen animal» asociados a sistemas productivos «resilientes, sustentables y bajos en emisiones de gases de efecto invernadero». La ONU no ha pedido que se deje de consumir carne, sino que la carne que se consuma se produzca de una manera que genere el menor impacto posible al medio.

Carne de caza contra el cambio climático

La dieta de los cazadores que consumen los animales que abaten es una de las más respetuosas que existen con el medio. Al estar fuera de la cadena industrial, los animales se alimentan de forma natural generando un escaso impacto en el medio. Los cazadores generalmente consumen los animales de su entorno cercano, por lo que la huella de carbono que deja este tipo de alimento es mínima. La filial alemana de la organización ecologista Greenpeace ya abundaba en esta idea en 2009 a través de su revista oficial que la carne de caza es la más «justa, libre y sana» que se puede consumir.

Por otro lado, los cazadores ejercen además un control fundamental sobre las especies de animales salvajes, salvaguardando a las especies de enfermedades y evitando las consecuencias negativas de sus excesos: daños a la flora, a la agricultura, accidentes de tráfico, zoonosis… Por este motivo, es la carne que mejor cumple con las recomendaciones que han hecho públicas hoy lo expertos de la ONU.

A nivel comercial, España es referente en la producción de carne de caza, tal y como señalaba hace unos meses Jaime Hurtado, gerente de ASICCAZA, en una entrevista para Jara y Sedal: «España es el país que más carne silvestre exporta del mundo pero curiosamente no viene acompañado de un consumo nacional: el español no consume carne silvestre porque es la gran desconocida».

       
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