El vídeo, difundido en YouTube y grabado en plena montaña leonesa, ha llamado la atención por la reacción inmediata de un numeroso grupo de cabras monteses, que emprenden una carrera sincronizada tras el sobrevuelo de una avioneta. Las imágenes permiten apreciar cómo el ruido y la proximidad de la aeronave rompen la calma del lugar en cuestión de segundos.
La escena fue captada por Pedro Arroyo, fotógrafo de naturaleza muy conocido por documentar en sus redes sociales el comportamiento de la fauna salvaje. En esta ocasión se encontraba grabando en la zona de Riaño cuando el sonido del motor irrumpe en el valle y provoca la estampida del rebaño, que se desplaza ladera arriba con rapidez y precisión.
El comportamiento de los animales, perfectamente coordinado, refleja una reacción instintiva ante una amenaza percibida desde el aire. En entornos de alta montaña, donde el silencio suele ser dominante, cualquier alteración sonora repentina puede desencadenar este tipo de respuestas colectivas.
Un fotógrafo acostumbrado a escenas virales
No es la primera vez que las imágenes de Pedro Arroyo alcanzan gran difusión. El autor segoviano se ha hecho popular por grabaciones como la de una “pelota” formada por cientos de gamos y ciervos en una siembra de la provincia de Segovia, una escena que también se volvió viral hace un tiempo.
Arroyo comparte habitualmente sus trabajos en su canal de YouTube, donde documenta encuentros con especies muy diversas. Aunque no es cazador, su conocimiento del campo y de los animales es profundo. En una entrevista concedida a este medio explicó: «Soy un niño criado con Félix Rodríguez de la Fuente, al que le encantaban los documentales y que crecí con ellos, de ahí mi pasión».
El impacto del ruido en la fauna de montaña
El vídeo grabado en Riaño vuelve a poner el foco sobre cómo el tráfico aéreo a baja altura puede afectar a la fauna silvestre, especialmente en espacios naturales protegidos. Las cabras monteses, perfectamente adaptadas al medio rocoso, reaccionan con rapidez para alejarse de cualquier estímulo que interpreten como peligro.
Aunque la escena no muestra daños aparentes, sí evidencia el estrés que una perturbación de este tipo puede generar en animales que viven en equilibrio con un entorno exigente. En zonas de montaña, donde la orografía ya supone un reto constante, estas reacciones pueden tener consecuencias energéticas importantes para los ejemplares.
