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Los ataques de perros asilvestrados al ganado aumentan un año después de aprobarse la ley animalista

© Israel Hernández

La ley animalista, casi desde que se publicó su primer texto, ha sido motivo de polémica en nuestro país. Muchas de sus medidas han generado gran revuelo entre algunos sectores de la sociedad y la buena parte de ellas afecta al mundo rural. Así lo hacen también las consecuencias que estas traen, como esta de la que vamos a hablar a continuación y que tiene a los perros asilvestrados como protagonistas.

Como ya nos han hecho conocer los numerosos episodios que hemos conocido en este medio, los lobos están siendo la gran amenaza para la supervivencia del ganado. Sin embargo, ahora se ha sumado otro peligro para estos animales que la Ley de Bienestar Animal no ha sido capaz de solventar.

Según refleja su texto, este es uno de los problemas para los que ha tratado de buscar una solución. En este sentido, ha responsabilizado a los propios ayuntamientos españoles para tener que hacer frente a todos los costes económicos y humanos empleados en la vigilancia y el control de perros y gatos, tanto domésticos como callejeros.

Repunte de los ataques de perros tras la ley animalista

Ha pasado un año desde que esto comenzó a dar lugar a múltiples protestas al respecto que ya parecen haberse calmado. Sin embargo, como suele ocurrir en esta época, se ha producido un repunte de ataques de perros al ganado en las Islas Baleares y lo planteado por dicha ley para evitarlo no ha sido fructífero.

Concretamente, en el mes de septiembre se han producido cuatro de estas escenas en explotaciones de Inca y Santa Eugènia, en Mallorca. Además, en otros lugares del país también han sufrido este tipo de ataques. Uno de ellos tuvo lugar en Villarroya de los Pinares, en Teruel. Allí, a finales del pasado año, uno o varios perros de tamaño mediano cargaron contra un rebaño, dejando 25 ovejas muertas, otras 23 heridas y 52 desaparecidas.

Como consecuencia de ello, en Mallorca han registrado un balance de 18 ovejas, muertas, 10 cabras, más de 20 gallinas, 15 pavos y ocho patos. Allí es la Fundació Natura Parc quien se encarga de retirar a los animales sin vida y dar captura a los canes, pero aún hay sueltos dos ejemplares que han acabado con más de 200 ovejas y más de 100 cabras.

Mariano Mas, director de la Fundació Natura Parc y propietario de la explotación agraria atacada en Santa Eugènia, ha asegurado haber puesto «todos los medios para capturarlos». «Cebos, anestésicos, jaulas trampa… pero no hay manera. Los hemos intentado perseguir para saber su procedencia, pero cruzan campo a través y hasta ahora no hemos podido identificarlos. La Policía Local no hace nada», ha lamentado.

«Los responsables son los dueños de los perros, pero los ayuntamientos están obligados a saber cuántos animales tienen en los domicilios de sus vecinos y la Policía Local debería inspeccionarlos aleatoriamente, especialmente los lugares con perros censados fuera del casco urbano. Esto, junto con la formación de la Policía Local por parte de jueces y fiscales para que sepan instruir los casos de ataques, implicaría un gran cambio», ha considerado Mariano.


El vídeo que muestra la astuta trampa que dos lobos tienden a un mastín de la que ya hablaban los antiguos libros de pastores


A pesar de los intentos, por parte del Gobierno, de intentar garantizar un control de este tipo de animales para, así, evitar situaciones como estas que viven los ganaderos, la realidad es que no en todos los ayuntamientos cuentan con los medios necesarios para hacerlo. Esta es la única solución que plantea la ley animalista al respecto.

«Es cierto que faltan policías locales y que tienen que hacer muchas cosas, pero lo que siempre he pedido es que, igual que integran en la función de la policía local rutinas para sancionar a los coches que estén mal aparcados, también tienen que vigilar a los perros en sus municipios», ha terminado destacando Mariano Mas.

       
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