Según los resultados de un estudio del Instituto de Psicología de la Universidad del Sur (Indiana, Estados Unidos), «quienes evitan consumir carne tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad, depresión y comportamientos autolesivos».
Un estudio desarrollado por expertos del Instituto de Psicología de la Universidad del Sur (Indiana, Estados Unidos) concluye que quienes consumen carne, tienen una mejor salud mental que los veganos y los vegetarianos. Los resultados, publicados por medios internacionales del sector gastronómico como Gastronomía y Cía, han sido fruto de una revisión de 18 estudios en los que participaron más de 160.000 personas con el fin de analizar la relación entre el consumo y el rechazo a comer carne con la salud psicológica.
Según los resultados, «quienes evitaban consumir carne tenían un mayor riesgo de sufrir ansiedad, depresión y comportamientos autolesivos». Asimismo, los investigadores comentan que, a la vista de los resultados del estudio realizado, no están de acuerdo con que «evitar el consumo de carne sea una estrategia que beneficie a la salud mental». Más bien todo lo contrario
Los veganos sufren más transtornos psicológicos
Sobre la salud mental de vegetarianos y veganos, son varios los estudios realizados en los que se apunta precisamente en la misma dirección que las conclusiones que han obtenido los investigadores del Instituto de Psicología de la Universidad de Indian: existe un mayor riesgo de que éstos sufran depresión, ansiedad y otros trastornos como la sensación de debilidad, vértigo y otras molestias.
Además, también determinan que las personas que no consumen carne tienen hasta dos veces más posibilidades de tomar fármacos para tratar enfermedades mentales, y hasta tres veces más posibilidades de tener comportamientos autolesivos, por ejemplo, el suicidio.
El grave problema de la vitamina B12 en los veganos
Por otro lado, hace un año que la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) comentaba que la falta de la vitamina B12, debido a que se evitan los productos de origen animal, es contraproducente, ya que la carencia de esta vitamina que participa en la división celular, la formación de sangre, la síntesis de ADN, la descomposición de los ácidos grasos y aminoácidos como la homocisteína, puede provocar trastornos neurológicos, anemia y otros problemas de salud serios.