La Unión Europea ha decidido rebajar el estatus de protección del lobo (Canis lupus) de especie «estrictamente protegida» a «protegida» con el fin de poder permitir su control, una medida que ha sido acordada hoy por la mayoría de los países europeos en virtud del Convenio de Berna. Esta decisión se basa en datos que muestran un aumento del 81 % en la población de lobos en Europa durante los últimos 10 años. Aunque el éxito en la conservación del lobo es innegable, también ha traído consigo una serie de desafíos en la coexistencia con el ser humano.
La propuesta fue adoptada por una mayoría de más de dos tercios de las partes, incluyendo el apoyo de la Unión Europea (27 votos), así como de Andorra, Armenia, Georgia, Islandia, Noruega, Macedonia, Moldavia, Liechtenstein, Serbia, Suiza y Ucrania.
El posible control del cánido aún deberá esperar
Sin embargo, este cambio no es de aplicación inmediata en la UE. El siguiente paso requiere una serie de debates a nivel europeo sobre la Directiva de Hábitats y la posibilidad de modificar sus anexos para el lobo en determinados contextos. Si se acuerda un marco jurídico, algunos Estados miembros con una población de lobos en un «estado de conservación favorable» podrían trasladar al lobo del Anexo IV -estrictamente protegida- al Anexo V -protegida-. La necesidad de mantener ese estado de conservación seguirá existiendo, pero el enfoque de la gestión podría volverse más flexible para atender las dimensiones locales y regionales.
Laurens Hoedemaker, presidente de la Federación Europea de Asociaciones de Caza y Conservación (FACE), comentó: «Acogemos con satisfacción la noticia de que la propuesta de la UE ha sido recibida positivamente como una iniciativa para equilibrar la conservación y la gestión de las especies. Es importante destacar que esto presenta una oportunidad para que la Directiva de Hábitats tenga en cuenta este éxito de conservación. Todavía hay algunos obstáculos legales, pero ahora se pueden superar».
Una futura gestión de las poblaciones del lobo más flexible
El cambio en el estatus de protección del lobo refleja un reconocimiento de los desafíos que enfrentan las comunidades rurales y los ganaderos, quienes han reportado un aumento en los ataques de lobos a ganado. La gestión más flexible del lobo permitirá implementar medidas de control en áreas donde la población de lobos ha crecido significativamente, ayudando a mitigar los conflictos entre la fauna silvestre y las actividades humanas.
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Este ajuste en la protección del lobo también subraya la importancia de una gestión adaptativa de la fauna silvestre, que tenga en cuenta tanto la conservación de las especies como las necesidades y preocupaciones de las comunidades locales. La colaboración entre científicos, conservacionistas y comunidades locales será crucial para asegurar que las poblaciones de lobos se mantengan en un estado de conservación favorable mientras se minimizan los conflictos.
En resumen, la decisión de la Unión Europea de rebajar el estatus de protección del lobo es un paso significativo hacia una gestión más equilibrada y sostenible de esta especie emblemática. Aunque aún quedan debates y ajustes legales por delante, esta medida representa un avance importante en la coexistencia armoniosa entre los lobos y las comunidades humanas en Europa.