El Tour de Francia, uno de los eventos deportivos más emblemáticos del calendario europeo, se ha visto obligado a modificar parte de su recorrido en plena competición. La causa no es un desprendimiento de tierra ni condiciones meteorológicas adversas, sino algo mucho más insólito: un brote de dermatosis nodular contagiosa (DNC) detectado en la región del Col des Saisies, en plenos Alpes franceses.
La alerta sanitaria, confirmada por las autoridades galas, ha salpicado directamente a la 19ª etapa, prevista entre Albertville y La Plagne. El foco fue detectado en un rebaño de vacas, lo que ha obligado al sacrificio inmediato de los animales para contener la enfermedad. El cambio en el trazado ha reducido la etapa de los 129,9 kilómetros previstos a 95 y ha supuesto la eliminación del mítico ascenso al Col des Saisies.
Una carrera que esquiva la enfermedad
«Ante la consternación experimentada por los granjeros afectados y con objeto de garantizar el correcto desarrollo de la carrera, se ha decidido, de acuerdo con las autoridades pertinentes, modificar el trazado de la 19ª etapa», han comunicado los organizadores del Tour. El nuevo itinerario mantiene la salida en Albertville y se reengancha al recorrido original poco antes de Beaufort.
Esta modificación ha supuesto también un cambio en los horarios: la salida neutralizada se retrasa una hora y tendrá lugar a las 14:30. Tras un tramo inicial neutralizado de 7 kilómetros, los corredores iniciarán la etapa real en la carretera D925, desde donde se dirigirán hacia el trazado ya planificado.
La crisis ganadera en Saboya y Alta Saboya
El problema de fondo no es anecdótico. La DNC está haciendo estragos en varias regiones de Francia e Italia, después de que el primer caso se detectase en Cerdeña el pasado 23 de junio. Francia ha contabilizado 37 focos hasta la fecha, con 19 localizados en el departamento de Saboya y 18 más en Alta Saboya. Municipios como Entrelacs, Hauteluce, Rumilly o Faverges-Seythenex se han visto gravemente afectados.
Las autoridades sanitarias están aplicando un protocolo estricto de inmovilización de explotaciones, eliminación de animales y productos contaminados y vacunación de emergencia. Además, se investiga el origen de la infección y los posibles contactos de riesgo en un intento de frenar la propagación.
«Lo que está sucediendo es inhumano. Todos los ganaderos lloran mientras los animales caen», ha declarado Christian Convers, secretario general nacional de la Coordinación Rural, describiendo el drama que viven decenas de explotaciones ganaderas.
España mantiene la vigilancia
Ante esta situación, España se mantiene en alerta. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación considera el riesgo de entrada de la enfermedad como «muy alto» y ha instado a reforzar las medidas de bioseguridad en todas las explotaciones de ganado vacuno del país. Aunque hasta ahora no se han detectado casos positivos en territorio nacional, se mantiene una vigilancia activa sobre los movimientos de animales procedentes de Italia y Francia.
El propio ministerio ha recordado a los ganaderos la obligación de comunicar cualquier sospecha a los Servicios Veterinarios Oficiales de su comunidad autónoma. La rápida actuación es fundamental para evitar que esta enfermedad, que no afecta a los humanos pero sí puede provocar importantes pérdidas económicas, cruce nuestras fronteras.
Qué es la dermatosis nodular contagiosa
La dermatosis nodular contagiosa es una enfermedad vírica de declaración obligatoria en la UE, exclusiva del ganado vacuno, búfalos y cebúes. No se transmite a los humanos ni por contacto directo ni por el consumo de productos contaminados. Sin embargo, sus consecuencias en los animales son severas: fiebre, nódulos cutáneos, caída de la producción lechera e incluso la muerte en casos graves.
Clasificada como enfermedad de categoría A en la legislación europea, su presencia requiere una respuesta inmediata y contundente para su erradicación, como ya están haciendo Francia e Italia… y como España espera no tener que hacer.