En el tranquilo término municipal de Villaseco de los Reyes, en Salamanca, lo que parecía una jornada más de inspección rutinaria por parte del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) acabó convirtiéndose en la escena de un presunto delito contra la fauna salvaje. Allí, entre el monte bajo y los linderos de una finca privada, los agentes hallaron restos inquietantes que revelaban una práctica ilegal.
Todo comenzó el pasado mes de junio, cuando una denuncia ciudadana, sumada a la colaboración de agentes medioambientales, alertó al SEPRONA sobre la posible existencia de una jaula trampa instalada para capturar animales salvajes. Los guardias civiles, tras desplazarse a la zona indicada, localizaron la trampa, vacía pero operativa, y hallaron junto a ella un estoque manchado de sangre. El hallazgo ya apuntaba a un posible uso para rematar animales vivos capturados en la trampa.
El cadáver del tejón, escondido entre la maleza
Tras inspeccionar la zona, los agentes emprendieron una búsqueda exhaustiva que les llevó a descubrir, escondido entre la vegetación, el cadáver de un tejón. El animal presentaba una herida punzante perfectamente compatible con el arma intervenida, lo que confirmaba la utilización del estoque para matarlo una vez capturado. El estado del cuerpo no dejaba lugar a dudas.
Los agentes iniciaron entonces un operativo de vigilancia y seguimiento con el objetivo de identificar al responsable de estos actos. Durante varios días, mantuvieron bajo control el entorno de la jaula hasta que, finalmente, el pasado 15 de junio sorprendieron a un hombre manipulando la trampa. Fue detenido ‘in fraganti’, justo cuando parecía estar preparando el dispositivo para volver a utilizarlo.
Investigado por un delito contra la flora y la fauna
Gracias a las pruebas recogidas, entre ellas el estoque ensangrentado y el cuerpo del tejón, se procedió a la investigación de un varón como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna. Las diligencias han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Salamanca, que determinará ahora las consecuencias legales de unos actos que, además de ilegales, atentan contra la biodiversidad y el respeto a los animales silvestres.
Este tipo de prácticas suponen una amenaza real para especies como el tejón, protegidas por la legislación vigente y esenciales para el equilibrio ecológico del medio rural. La intervención del SEPRONA ha evitado que esta trampa pudiera seguir cobrándose nuevas víctimas.
