El lago artificial de Rybnik, en el sur de Polonia, ha sido escenario de una de las mayores capturas de la historia de la pesca deportiva. Dos pescadores, Krzysztof Pyra y Adrian Gontarz, lograron sacar del agua un siluro de 292 centímetros, una longitud que supera el anterior récord mundial establecido en el río Po, en Italia, con 2,85 metros.
La captura tuvo lugar a mediados de octubre en un entorno muy particular: un embalse situado junto a una central eléctrica. Esta instalación vierte agua caliente al lago, lo que genera unas condiciones térmicas excepcionales para el crecimiento de los peces, especialmente de los siluros, una especie que puede alcanzar tamaños colosales en aguas templadas y ricas en alimento.
Los dos pescadores polacos emplearon más de hora y media de esfuerzo para poder sacar el ejemplar. Cuando por fin lo tuvieron a la vista, apenas podían creer lo que estaban viendo. «Cuando finalmente lo vimos, no podíamos creer lo enorme que era», relataron después en una entrevista con una televisión local.
Un récord mundial en aguas templadas
El siluro, de casi tres metros de longitud, ha sido reconocido ya como el más grande jamás capturado. Aunque su peso exacto no se ha hecho público, los expertos estiman que un ejemplar de ese tamaño puede superar fácilmente los 100 kilos. El récord anterior pertenecía a un pescador italiano, que en 2023 extrajo un ejemplar de 2,85 metros en el Po.
Los especialistas subrayan que este tipo de crecimientos tan extraordinarios se dan en lugares con temperaturas del agua más altas de lo habitual. En Rybnik, la actividad de la central eléctrica mantiene el agua del embalse varios grados por encima de la media durante todo el año, lo que favorece el desarrollo de peces de gran tamaño.
Una captura sin precedentes
Tras la medición y las fotografías, Pyra y Gontarz decidieron devolver el pez al agua. La noticia ha dado la vuelta al mundo y ha convertido al lago de Rybnik en un punto de referencia para los aficionados que sueñan con capturar uno de estos gigantes del agua dulce.
Aunque existen registros históricos de siluros de dimensiones similares en Europa central, pocas veces se han documentado ejemplares tan grandes y en tan buen estado. Para muchos, lo ocurrido en Polonia marca un nuevo hito que difícilmente será superado en los próximos años.
