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5 señales en las encías de tu perro que te advierten de que está enfermo

El dueño de un perro examina las encías del animal. © Shutterstok

Mirar las encías de tu perro es un gesto sencillo que apenas lleva unos segundos, pero puede marcar la diferencia entre detectar a tiempo un problema o descubrirlo demasiado tarde. Incorporar este hábito a tu rutina y mantener una buena higiene bucal con cepillados regulares son dos medidas básicas para proteger la salud de tu mejor amigo.

Así lo recuerda LabianaPets, que ha difundido una guía práctica con recomendaciones basadas en información de la Federación de Veterinarios de Europa (FVE). Su objetivo es concienciar a los dueños sobre la importancia de revisar de forma habitual la boca de sus animales y detectar a tiempo cualquier cambio sospechoso.

1. Encías pálidas o blanquecinas

Si notas que las encías de tu perro han perdido su color habitual y se ven pálidas, puede ser una señal de anemia, defensas bajas o alguna alteración en su organismo. Esta tonalidad suele indicar que la sangre no circula con normalidad.

Aunque en ocasiones puede deberse a un episodio puntual, si persiste es motivo suficiente para acudir al veterinario. Una revisión temprana puede evitar complicaciones serias.

2. Encías azuladas o moradas

Las encías con tonos azulados o morados suelen relacionarse con problemas de oxigenación. Puede deberse a dificultades respiratorias o a una mala circulación, lo que compromete la salud del animal.

3. Encías muy rojas o sangrantes

Cuando las encías se muestran enrojecidas, inflamadas o incluso sangran al mínimo roce, lo más habitual es que exista una deficiente higiene dental o una sensibilidad especial. También pueden aparecer por exceso de calor.

No debes restarle importancia: la acumulación de sarro y placa puede derivar en enfermedades periodontales dolorosas y, con el tiempo, afectar a la salud general del perro. El cepillado regular y las revisiones veterinarias ayudan a prevenirlo.

4. Aparición de bultos o inflamaciones

Detectar un bulto en las encías no siempre implica un problema grave, pero nunca conviene pasarlo por alto. Podría tratarse de una simple inflamación o de una lesión que, si no se controla, podría complicarse.

La única forma de saberlo con seguridad es consultar al veterinario. Él valorará si se trata de algo inocuo o de un proceso que requiere tratamiento.

5. Encías secas o con aspecto extraño

Además del color, la textura es otra pista clave. Unas encías sanas deben estar húmedas y lisas. Cuando se ven secas, rugosas o con un aspecto poco habitual, puede ser un aviso de que algo no está funcionando bien en el organismo.

Al igual que en los otros casos, la observación diaria es fundamental. Cualquier cambio debe ser tenido en cuenta y, ante la duda, lo mejor es acudir a un especialista.

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