La Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Federación Cántabra de Caza (FCCaza) han denunciado el acto de vandalismo a cazadores cántabros que participaban durante el pasado fin de semana en una batida de caza mayor y del que informó hace dos días Jara y Sedal.
Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo 22 de septiembre en el aparcamiento del Henar de la estación de Alto Campoo, perteneciente al municipio de Abiada, lugar donde se encontraban estacionados algunos de los vehículos de los cazadores.
Según relatan varios senderistas y testigos del lugar, a media mañana, se acercó un coche ocupado por tres mujeres, aparentemente jóvenes, al aparcamiento donde se encontraban los vehículos de los cazadores, se bajaron del mismo, y pintaron los coches allí aparcados con la frase “CAZA NO”.
Estos actos, que ya han sido denunciados ante la Guardia Civil, demuestran los cada vez más actos vandálicos y ataques de odio que reciben los cazadores por practicar una actividad legal, ética y fundamental a nivel socioeconómico, ambiental y cultural.
La modificación del artículo 510 del código penal, prioritaria
La RFEC considera que deben ser castigados como delitos de odio los ataques y amenazas a cazadores en redes sociales, el boicot de las cacerías, los destrozos en vehículos y puestos de caza o episodios violentos como los que a menudo sufren los cazadores en sus salidas al campo por parte de animalistas.
De esta forma, la RFEC espera que las distintas formaciones políticas que conforman el Congreso de los Diputados trabajen en esta modificación del Código Penal y demuestren el compromiso firmado con el sector cinegético de cara a esta legislatura, apoyando medidas por el reconocimiento y el respeto social de la caza, la no criminalización de conductas o juicios de valor previos que perjudiquen su imagen en la sociedad.
La modificación del artículo 510 es una medida “prioritaria” para la federación ya que el sector está sufriendo un acoso y una violencia al alza por parte del colectivo animalista, pasando en unos años de ataques en redes sociales a través de perfiles falsos a incidentes durante las jornadas de caza que ponen en peligro la seguridad de los cazadores y la práctica de la actividad.