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Una bióloga gaditana muestra la trampa mortal a la que se enfrentan los pollitos de perdiz roja en muchas fincas

La joven rescata a los pollos de perdiz. © Instagram

En una calurosa jornada de campo, la cetrera y bióloga Macarena Rodríguez @macarena_animaux se topó con una escena tan trágica como reveladora: varios pollos de perdiz habían quedado atrapados en el interior de un paso canadiense, incapaces de salir. Mientras su madre esperaba nerviosa al otro lado de las barras metálicas, los pequeños piaban con desesperación sin saber cómo escapar de aquella trampa accidental. Lo que vino después fue un acto de empatía y compromiso que ha conmovido a miles de personas en redes sociales.

A través de su cuenta de Instagram, Macarena compartió un vídeo que documenta todo el proceso de rescate. Primero intentó facilitarles la salida colocando una tabla y una piedra. Uno de los pollos aprovechó la improvisada rampa y corrió directo hacia su madre, que esperaba cerca. Pero el resto no lograba orientarse ni trepar.

Una intervención paciente y necesaria

Viendo que la mayoría seguía atrapada, Macarena introdujo la mano con cuidado y consiguió atrapar a dos de ellos, que también fueron liberados y se reunieron con la desesperada perdiz. Minutos después logró sacar a otro más, pese a la resistencia que mostraban por el miedo y el estrés.

Durante el vídeo se muestra además la imagen de un pollo sin vida, posiblemente víctima de la misma trampa. La escena es elocuente: no siempre hace falta una intención dañina para provocar una tragedia. El paso canadiense —diseñado para impedir el paso de animales sin usar puertas— se convierte, en este caso, en una trampa mortal para la fauna menor.

Una solución al alcance de todos

El vídeo se ha convertido en un alegato silencioso por el respeto a la fauna silvestre y la adaptación del entorno rural. En palabras de la propia Macarena: «Caen perdigones aquí y no pueden salir». Una tabla, una piedra o una simple rampa pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos animales que caen dentro por accidente.

Los comentarios en la publicación no se han hecho esperar. Cientos de usuarios han aplaudido la actuación de la joven cetrera. «Un gesto tan sencillo y tan importante para ellos…», decía una seguidora. Otro afirmaba: «Los pasos canadienses deberían tener una rampa para facilitar la salida de animales pequeños que caen. Muchos de ellos son especies protegidas».

Más allá del gesto individual, lo que deja claro este vídeo es que el conocimiento del medio y la sensibilidad hacia los pequeños detalles puede salvar vidas. Y que, en muchas ocasiones, las trampas del campo no son las que colocan los furtivos, sino las que nacen de la ignorancia o el descuido.

Un ejemplo que invita a actuar

El gesto de Macarena ha inspirado a muchos a actuar por su cuenta. Algunos han prometido llevar tablas o piedras consigo para colocar en pasos similares si los encuentran. «Nunca me había percatado de esto. A partir de ahora intentaré aprovechar y hacer rampas ya no solo para perdigones, sino para cualquier animal que pueda caer», escribía un usuario conmovido.

Mientras las redes sociales amplifican este tipo de acciones, lo que queda es un mensaje claro: la convivencia con la naturaleza también pasa por anticipar sus dificultades y minimizarlas. Y a veces, solo hace falta una tabla, una piedra… y una buena persona al otro lado.

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