El pasado sábado, en pleno corazón de la Sierra Espuña, un inesperado aviso movilizó a agentes medioambientales y a la Unidad de Rescate en Montaña de Protección Civil de Aledo. Un macho de cabra montés había quedado atrapado en uno de los antiguos pozos de la nieve de la zona, estructuras históricas que todavía se conservan y que encierran grandes riesgos para la fauna salvaje.
La llamada al 112 se produjo alrededor de las 11:45 horas, cuando varios senderistas alertaron de que el animal no podía salir por sus propios medios. El despliegue de efectivos no se hizo esperar, conscientes de que la supervivencia de la cabra dependía de una actuación rápida y coordinada.
Un rescate complicado por la vegetación
El equipo se encontró con un escenario especialmente difícil: las paredes del pozo estaban cubiertas de vegetación, lo que dificultaba cualquier intento de ascenso del animal. Con cuerdas y material de rescate adaptado, los voluntarios lograron descender con seguridad y asegurar al macho para poder izarlo poco después.
Pese a los nervios iniciales y la tensión del operativo, el rescate se desarrolló sin contratiempos. El animal fue izado cuidadosamente mientras los presentes contenían la respiración. Una vez en superficie, lo liberaron.
La importancia de la colaboración
Tras ser examinado de manera inmediata por el agente medioambiental, el ejemplar fue liberado en su entorno natural. La rápida actuación conjunta de Protección Civil y Medio Ambiente evitó un desenlace fatal y puso de relieve la relevancia de la coordinación entre administraciones y voluntarios en situaciones de emergencia.
Este incidente sirve también como recordatorio del peligro que suponen estos antiguos pozos, vestigios de la tradición de almacenar nieve en la montaña. Aunque forman parte del patrimonio histórico de Totana, pueden convertirse en trampas mortales para la fauna. Mantenerse alerta y avisar a emergencias en caso de observar un animal atrapado resulta fundamental para garantizar su conservación.