Pedro Baños, coronel de infantería del Ejército de Tierra en la reserva, experto en geopolítica, conferenciante y escritor, explicaba de manera magistral hace unas semanas qué es la Agenda 2030 contra la que clama el mundo rural en un vídeo publicado en el canal The Wild Project en YouTube.
«Esto comienza en realidad en el año 2000, con los Objetivos del Desarrollo del Milenio, con los que se pretendían que en el año 2015 acabar con el hambre y la pobreza en el mundo. Llegó el año 2015 y no había prácticamente nada», explicaba en primer lugar Baños. E incidía en el concepto de «simultaneidad de disparidades». «Una cosa es lo que nos gustaría a los occidentales y otra cosa son los estadios de desarrollo en el que se encuentran otros países», defendía.
Cuando llegó el 2015, se «inventaron» los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que es la Agenda 2030, que poseen 17 objetivos con 169 metas: «Si preguntáramos a la mayoría de las personas que llevan el pin de la Agenda 2030, la inmensa mayoría no las conocería». Entre éstas, la igualdad entre hombres y mujeres, el fin del hambre en el mundo, fin de la pobreza, agua disponible para todo el planeta… «a los que nadie se opone». Pero tras ellos objetivos loables, «siempre se esconde una intencionalidad, que es crear un sistema globalista de tal manera que esto sea dirigido por un Gobierno mundial, no elegido democráticamente, donde a los ciudadanos se nos considera derrochones, que no sabemos comer ni usar la energía».
Al servicio de las élites dominantes
«Se dan contrariedades enormes», denuncia Baños. «Hablan de acabar con la pobreza en el mundo, pero a nadie se le ocurre decir que por qué no se acaban con los paraísos fiscales», expone el profesor. «Incluso dentro de la UE, hay países de baja fiscalidad; algunos pequeños, como Malta, pero otros como Holanda, que presumen mucho de democracia, son paraísos fiscales», critica Baños. «Para ello, tendremos que reformar el sistema mundial antes de buscar objetivos que perjudican a las clases bajas, porque imponen por ejemplo impuestos sobre productos que dicen que contaminan mucho, cuando resulta que los que de verdad deberían pagar sobre ello no lo harán», añade el profesor.
Desde Naciones Unidas propugnan esta Agenda 2030, pero «el otro que lo anuncia en junio de 2020, en plena pandemia, es el actual Carlos III de Inglaterra; al final son esas élites que te dicen que el resto de la sociedad no pensamos ni somos capaces de salvar el planeta. Y algunas cosas que te dicen es terrible, como que la superpoblación es el cáncer del planeta. O la obsesión porque no comamos carne: una cosa es que tú lo hagas de forma voluntaria y otra cosa que te impongan un modelo alimentario», indica el profesor.