El proyecto Coturnix, activo desde 2020, ha ido levantando una base de información sin precedentes sobre la codorniz común en España. Su última memoria anual, presentada esta semana, detalla una evolución positiva de la especie y consolida la idea de que el aprovechamiento cinegético nacional es sostenible. El informe llega en un momento clave, cuando Europa analiza el estado de conservación de la especie con una alarmante falta de datos fiables.
A partir de aquí, el documento repasa el trabajo coordinado entre más de 5.000 cazadores voluntarios, equipos científicos y administraciones autonómicas. El esfuerzo colectivo ha permitido superar el vacío de información que condicionaba la gestión de la codorniz y que, hasta hace pocos años, se sustentaba casi exclusivamente en métodos pasivos de seguimiento.
Los responsables del proyecto subrayan que la información obtenida en miles de jornadas de campo aporta una fotografía más precisa de la situación real de la especie, algo determinante para cualquier decisión de gestión futura.
Un estudio sin precedentes
La memoria destaca que Coturnix se ha convertido en el mayor estudio científico sobre la especie realizado en España, y probablemente en Europa. Su valor no reside solo en la cantidad de datos, sino en la calidad de la metodología aplicada. El SEC, un método activo diseñado por la Universidad de Barcelona, permite registrar con mayor precisión la presencia de machos durante la época reproductora, etapa en la que la especie presenta particularidades que complican su seguimiento.
Este sistema ha corregido las limitaciones de los registros históricos, demasiado dependientes de observaciones puntuales y de baja intensidad. Gracias al SEC, en 2025 se ha constatado un incremento de la densidad de machos respecto a 2023 y 2024. Para ello se han habilitado 34 áreas de estudio con el apoyo de Mutuasport y de varias comunidades autónomas.
En total, se han realizado 685 jornadas SEC, con 6.869 codornices censadas y 1.527 anilladas, un salto cualitativo que ya observan otros países europeos como referencia.
Un modelo exportable
Otro aspecto relevante es el valor de los datos obtenidos durante las jornadas de caza. Según el informe, esta información puede contribuir a estimar el tamaño poblacional siempre que se recoja de forma simultánea y estandarizada. Un paso en esta dirección ha sido el Coturnix Challenge, celebrado en agosto, un censo nacional que continuará en los próximos años.
El balance desde 2020 revela la magnitud del proyecto: 65.407 muestras biológicas remitidas, 12.634 jornadas de caza documentadas, 1.901 censos validados, casi 10.000 kilómetros recorridos y 357 anillas recuperadas. Las entidades impulsoras —Mutuasport, Fundación Artemisan, la Real Federación Española de Caza y las federaciones autonómicas— subrayan el compromiso de los colaboradores y piden a las administraciones que incorporen estos datos a la toma de decisiones.
Decisiones de futuro
El sector cinegético defiende que el volumen y la calidad del trabajo científico avalan una gestión sostenible. Los promotores del proyecto consideran que esta información debería pesar en los debates europeos y nacionales sobre la conservación de la especie, especialmente en un contexto donde aún faltan datos esenciales para comprender su dinámica poblacional.
