El Proyecto COTURNIX se ha convertido en un ejemplo destacado de cómo la ciencia y la implicación de los cazadores pueden desacreditar los informes de SEO/BirdLife y salvar la caza. Desde la Real Federación Española de Caza (RFEC) destacan en nota de prensa que «la limitada validez de los estudios poblacionales de SEO BirdLife era una evidencia para el sector cinegético».
«Los cazadores llevamos denunciando durante décadas situaciones paradójicas que alertaban sobre la incongruencia de los estudios y conclusiones publicados por la sociedad ornitológica, utilizados después como justificación en muchas regulaciones y limitaciones impuestas por las administraciones al sector de la caza», afirman desde la RFEC.
El hecho de que anualmente los cotos españoles declarasen más capturas de determinadas especies que el total de individuos censados por SEO/BirdLife era una señal inequívoca de la imprecisión de los estudios de la asociación ecologista. Sin embargo, dicha evidencia era desatendida por el legislador y el regulador, debido a la ausencia de documentos científicos que plasmaran de manera científica y objetiva la veracidad empírica del hecho.
Ahora, la publicación de las conclusiones parciales del proyecto COTURNIX, coordinado por la Fundación ARTEMISAN, y en el que están participando más de 5.000 cazadores españoles, ha demostrado el sesgo de los estudios de la SEO y la desviación de los resultados que arrojaban. Este proyecto marca un antes y un después para el horizonte del sector de la caza.
La población de codorniz es estable
Las poblaciones de codorniz se han demostrado estables durante los cuatro años de monitorización del proyecto COTURNIX, y la relación de sexos presenta un equilibrio capaz de garantizar la viabilidad de la especie en condiciones de aprovechamiento regulado. Esta evidencia condujo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a posicionarse en contra de cualquier medida de moratoria para la especie en la última reunión del comité NADEG, lo que provocó la pataleta de SEO BirdLife.
Más allá de los aspavientos de la sociedad ornitológica, acostumbrada a que se asumiera a pies juntillas cualquier informe que pusieran sobre la mesa, el fondo del asunto revela que los ministerios españoles atendieron escrupulosamente a la mayor validez técnica de los datos emanados de los cazadores españoles.
Más de 50.000 muestras
La información recopilada durante los últimos cuatro años, incluyendo cerca de 50.000 muestras biológicas, 2.000 censos y 273 anillas en 43 provincias españolas, evidenció las carencias de los métodos pasivos de monitorización, como el SACRE empleado por SEO BirdLife, y validó el novedoso método específico de seguimiento SEC, desarrollado por la Universidad de Barcelona y aplicado en el proyecto COTURNIX. Este método demostró una mayor precisión en las evaluaciones por la incorporación de variables sobre parámetros etológicos, como el distinto efecto de los sistemas de producción de regadío y secano.
El proyecto COTURNIX, desarrollado por Fundación Artemisan y financiado por Mutuasport, basó su éxito en la gran cantidad y fiabilidad de los datos trasladados por los cerca de 5.000 cazadores colaboradores, vertebrados e impulsados por la Real Federación Española de Caza y por todas sus federaciones autonómicas. Ningún organismo, asociación o administración tiene mayor presencia territorial que la caza en España, y esto supone una herramienta de valor inigualable en la investigación.
Este hito arroja una alargada sombra de duda sobre el resto de los informes publicados por SEO BirdLife, especialmente controvertidos son sus conteos de aves acuáticas en la multitud de humedales que salpican nuestro país. Además, muestra el camino para garantizar el futuro de la caza: la implicación innegociable del cazador en los proyectos de investigación.