El pescador Ángel Infantes, natural de la localidad toledana de Madridejos, capturó hace unos meses durante una jornada de pesca en el embalse de Mequinenza -en la provincia de Zaragoza- una enorme carpa de más de 20 kilos de peso que le ofreció una espectacular lucha.
Infantes, que ha narrado a la redacción de Jara y Sedal la lucha con el ciprínido, explica que cada año, junto con otros amigos, parte desde tierras manchegas hasta aragonesas para disfrutar no sólo de la pesca de la carpa, sino también del siluro, en este emblemático paisaje bañado por las aguas del río Ebro.
La lucha con el ciprínido
En este contexto, estaban en la segunda de las cinco sesiones que duró el viaje cuando vieron la caña doblarse… y se trataba de este imponente ejemplar: «Había que tener paciencia», expone. Por las dimensiones y la lucha que ofrecía, intuía que no se trataba de un siluro.
«Cuando empecé a sacarla, la alegría estallaba por todos lados», dice el pescador que tenía la ilusión de sacar un gran ejemplar en este emblemático escenario para los amantes del carpfishing. En los últimos minutos de la lucha, la batalla se complicó: «Conforme se acercaba a la orilla, la pugna iba a más, hasta que finalmente logré cansarla y sacarla», señala Infantes.
Al final, llegó el gozo al sacar a la carpa a la superficie: todos los compañeros se hicieron las fotografías preceptivas con el pez antes de devolverlo de nuevo a las aguas del conocido como Mar de Aragón, uno de los lugares más emblemáticos para la pesca de la carpa y el siluro.
Exitosas jornadas de pesca de siluros
La pesca de esta carpa se produjo en el contexto de unas exitosas jornadas de pesca de siluros en el río Ebro en la que lograron capturar ejemplares de más de dos metros de largo y hasta 100 kilos de peso: «Son animales cuyo volumen es difícil de capturar y, aunque son depredadores y se están extendiendo, no es fácil verlos de tanta envergadura», pone en valor el pescador toledano.
