La historia la ha vivido en primera persona Javier Cerrato, cazador, en compañía de su inseparable perra de caza Lya. En concreto, el lance tuvo lugar el pasado día 22 de abril, en la modalidad de espera, en un coto ubicado en la comarca de La Costera, perteneciente a la provincia de Valencia.
Tal y como ha querido detallar el propio cazador al equipo de Jara y Sedal, «Lya es una perra de 7 años, braca alemana, enseñada a cazar la menor». Sin embargo, «viendo la abundancia de jabalíes» que tienen en dicha zona y practicar la espera con «bastante» frecuencia, Javier decidió un día «seguir un rastro» con ella. Al resultar «efectiva», según ha valorado, a partir de esa fecha «no falta en la búsqueda de un animal herido».
Así sucedió el lance
«Como muchos días», ha comenzado recordando el cazador respecto a esa jornada, «dado la alta densidad de jabalí, decidí hacer una espera a un ejemplar que había grabado unos días antes, al cual se le veía algo de colmillos».
Primero vio aparecer a tres, lo que le creó «dudas de si sería alguno de esos». Tras comprobar que, efectivamente, su objetivo estaba entre ellos, le tiró y salió corriendo «dirección al agua del río», ha narrado Javier, y escuchó cómo se tiraba a él.
«Sabiendo que no lo iba a encontrar esa noche, decidí buscarlo con la perra a la mañana siguiente. Esta no era la primera vez que la perra los encontraba y los sacaba del río», ha matizado el cazador.
La reacción de un cazador al ver ahogarse a una cría de jabalí que cruzaba un pantano siguiendo a su madre
En cuanto amaneció, Javier y Lya ya estaban en el lugar en el que escuchó al jabalí por última vez. Fue entonces cuando mandó a la perra a buscar al animal en esa dirección y «ahí estaba», ha asegurado.
«Como había hecho otras veces, lo cogió y, como pudo, lo arrimó a donde yo estaba. Esto me dio más alegría que el trofeo que llevaba el animal abatido», ha confesado para concluir.
