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La salvación de la perdiz roja podría estar en este centro de cría de Castilla-La Mancha

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha apostado por la recuperación de la perdiz roja autóctona a través del centro de cría público de Chinchilla de Montearagón, donde reproducen ejemplares genéticamente puros cuya venta a granjas comerciales evitará el problema de hibridación al que se enfrentan los cotos de caza. 
14/3/2019 | Redacción JyS 

El centro de cría de perdiz roja de Chinchilla de Montearagón cuenta con 890 parejas reproductoras. / JCCM

El Gobierno de Castilla-La Mancha está recuperando la perdiz roja autóctona a través de la puesta en marcha de un plan de cría en el centro de Chinchilla de Montearagón (Albacete) que ya está dando sus frutos. Su trabajo se centra en dos líneas principales: la recuperación genética de la especie y la mejora de la misma en el medio natural a través de la venta de pollos y huevos a las granjas comerciales.
Carlos Cano, jefe de sección de caza y pesca, y Teresa Perales, ingeniero técnico forestal y jefe de negociado técnico de caza y pesca, trabajan en la dirección del centro desde el servicio de política forestal y espacios naturales de Albacete. Un agente medio ambiental y dos peones -tres en la época de cría- trabajan a pie de campo. 
Jara y Sedal ha podido contactar con Teresa Perales, quien nos explica que el año pasado tuvieron una producción de unas 7.000 perdices que aprovecharon, por un lado, para ceder gratuitamente a granjas cinegéticas de la región –100 por cada una– con la condición de que les garantizaran «que iban a ir eliminando todas las partidas de reproductores y sustituyéndolas por estas en un máximo de cinco años» y, por otro lado, «para repoblaciones en cotos de caza con zonas ZEPA» –de especial protección para las aves–. 
Perales asegura que «la perdiz roja es una especie emblemática en la región» pero su problema es que «de otros países como Turquía vinieron otras especies de perdiz con mayor producción que se hibrida con la nuestra». Precisamente debido a ello, nació esta granja en el año 1976 con el objetivo de garantizar la genética pura de la perdiz roja autóctona, «lo que que pasa es que en un inicio lo que se hizo fue coger huevos del campo para después soltar las perdices en los cotos sociales». Poco después, «en los años más duros de la crisis» hubo «un parón en la producción». Si bien «se mantuvieron los reproductores», relata la técnico. 

La Junta formaliza un contrato para mantener el centro de cría

La Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural formalizó un contrato a mediados de 2018 con el fin de relanzar la actividad del centro de cría, que ahora ha vuelto a su máximo apogeo. 

El centro este año alcanzará una producción de entre 10.000 y 12.000 perdigones. / JCCM

Según Perales actualmente capturan las perdices «en el campo de maniobras de la zona militar de Albacete», una zona «de más de 10.000 hectáreas donde sabemos que nunca ha habido de otro tipo de perdices». Después, las analizan genéticamente, «así conseguimos obtener reproductores 100% puros», dice. Por último, pasan a formar parte del centro, que actualmente cuenta con 890 parejas que le permitirán obtener este año entre 10.000 y 12.000 perdigones. 
Dentro de cada una de las 3 naves con las que cuenta el centro, hay 35 parques de vuelo de 250 metros cuadrados cada uno. Antes de pasar a ellos, se realizan 4 incubaciones anuales. «La primera comenzó este lunes y nacerán el 5 de abril», dice la técnico. 
El el centro se realizan 4 incubaciones anuales. / JCCM

En cuanto a la venta o cesión, Perales explica que el año pasado se regalaron de manera «excepcional», pero que a partir de ahora los huevos se venderán a 1 euro, los pollitos de 1 a 2 semanas a 3 euros, los de 2 a 3 semanas a 4 euros, los pollos de 3 a 6 meses a 6 euros y, por último, los de más de 6 meses a 7 euros. 

Solo podrán comercializarse perdices genéticamente puras

La Ley de Caza de Castilla-Las Mancha contempla que está prohibida la suelta de ejemplares que no sean genéticamente puros, «pero verdaderamente no había una orden de regulación que lo abalara», nos cuenta Teresa Perales. «Sin embargo, ahora está en fase de borrador y en menos de un mes saldrá publicado en el boletín oficial el modelo de certificación», añade. Según la jefa de negociado técnico, se va a establecer una metodología para la comercialización de las perdices por parte de las granjas cinegéticas particulares, «de modo que si no están certificados y no tenemos una garantía de que tienen una genética 100% pura, no van a poder vender perdices». 

Las granjas cinegéticas que no certifiquen la pureza de sus perdices no podrán venderlas. / JCCM

Debido a lo anterior, el centro de cría de Chinchilla de Montearagón se establece «como un centro de referencia» para poder hacer cesión y venta de perdices que son genéticamente puras. «Ahora el objetivo es vender reproductores a quien lo solicite». 
En cuanto a la introducción de perdices en los cotos de caza y la gestión de sus poblaciones, Perales dice que «es muy goloso tener perdices a bajo precio, pero tenemos que preservar nuestra genética». Además destaca el carácter de nuestra perdiz brava: «No lo vas a conseguir con otras híbridas». Por último, se despide con un consejo para aquellos cazadores de zonas donde la densidad de perdices rojas haya disminuido drásticamente: «No se trata de cazar o no cazar sino de gestionar bien». 

Otros servicios que Castilla-La Mancha ofrece a los cazadores

Este centro de cría público no es el único servicio que Castilla-La Mancha ofrece a los cazadores. Actualmente, las licencias de caza y pesca son gratuitas para los mayores de 65 años residentes en la región. Además, para los cazadores que pertenecen a Zonas Colectivas de Caza, las tasas de matrícula y su renovación tienen una bonificación del 50 %. Si además el titular es una sociedad o club federado, existe un 15 % de descuento adicional.
Por otro lado, Castilla-La Mancha cuenta con dos cotos sociales de caza en montes públicos: ‘Canadillas’ en Sevilleja de la Jara (Toledo) y ‘La Dehesa’ en Alpera (Albacete) donde se priorizan los cazadores locales y regionales frente a los nacionales, para acceder a uno de los puestos –40 por ciento del cupo es para cazadores locales, un 40 por ciento autonómicos, y un 20 por ciento nacionales–, «permitiendo la práctica cinegética en igualdad de oportunidades», tal y como señalan desde la propia Junta de Comunidades.

       
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