La perdiz roja es una especie emblemática de nuestro país y, a pesar de que en las últimas décadas ha sufrido un descenso poblacional relacionado con la pérdida de hábitat y otras amenazas, lo cierto es que existen más ejemplares puros de los que los expertos pensaban. La hibridación ha sido uno de esos problemas que la han acompañado en las últimas décadas. La mezcla con sangres de perdices procedentes de granjas y utilizadas para repoblar ha supuesto un problema para su conservación que desde grupos anticaza se ha esgrimido como argumento para pedir la prohibición de su caza. Pero, con este debate encima de la mesa, la ciencia se abre paso y ha descubierto que hay más perdiz roja pura en nuestro país de la que creíamos.
Un estudio que acaba de publicarse en la revista Proceedings of the Royal Society Series B y llevado a cabo por investigadores de las universidades de Pisa (Italia) y Singapur, utilizando 168.000 marcadores SNP y muestreando perdices a lo largo de toda su área de distribución, ha desvelado que el nivel de introgresión génica con la perdiz chukar es, en realidad, mucho más limitado de lo que se creía y que este fenómeno varía considerablemente en el espacio.
Desmonta la falsa teoría de que no quedan perdices rojas autóctonas
Es decir, este estudio desmonta la teoría extendida entre numerosos sectores del mundo cinegético y científico que afirmaba que no quedarían perdices rojas autóctonas en España debido a la hibridación realizada procedente de las sueltas y éstas habrían quedado mezcladas con chukar. «Por ello, la aparición de este estudio es todo un ‘bombazo’ científico que tendrá repercusión en los próximos años, ya que demuestra que en España queda perdiz roja pura y en unas zonas bastante amplias», señala a Jara y Sedal Carlos Sánchez García-Abad, Doctor en Veterinaria y coordinador de investigación de Fundación Artemisan.
«La segunda conclusión a la que llega este estudio es que no debemos relajarnos: aún existe un manifiesto problema aún de hibridación de perdiz roja, por lo que no debemos bajar la guardia», reconoce Carlos Sánchez, quien ha dedicado un amplio artículo a esta cuestión en su web Ciencia y Caza.
«En la actual situación, con una marcada disminución de perdiz roja a lo largo de su área de distribución, este estudio muestra que todavía estamos a tiempo de preservar su identidad genómica a través de una caza sostenible y de una gestión responsable de esta emblemática especie cinegética», concluye esperanzado Carlos Sánchez.