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Insólito: dos machos de perdiz roja se enfrentan a finales de mayo y uno sufre un trágico final

Dos ejemplares de perdiz roja en plena pelea. © JDG

El poder de defensa del territorio de una perdiz llega a límites insospechados, y quien no se lo crea, que mire el siguiente vídeo, grabado por el guarda de un coto de Sevilla y enviado a esta redacción por el cazador de la misma provincia Juan Manuel Clavijo.

Éste muestra cómo un macho de perdiz mata a otro en una pelea por la defensa del territorio concretamente en el coto La Amarguilla, ubicado en las cercanías del municipio hispalense de Morón de la Frontera y del que es socio Clavijo.

«En esta zona hay mucha población de perdiz, de hecho yo acabé la temporada de caza con reclamo con unos veinte ejemplares abatidos, y también hay muchas peleas entre ejemplares, por eso el guarda, cuando vio ésta, no le sorprendió demasiado, pensó que era una más», explica Clavijo. No obstante, cuando vio que uno de los ejemplares había matado al otro, ya sí que comenzó a filmar la escena por lo sorprendente de ésta: «Normalmente, uno de los machos se retira o incluso puede salir malherido, pero no muerto», detalla el cazador andaluz.

Otro aspecto sorprendente de la escena: se produce cuando el celo de la perdiz ya ha pasado

En la imagen, se ve al macho de perdiz erguido delante del otro macho muerto en medio de un camino, y lo que también llama la atención es que la escena fue grabada el pasado fin de semana, con la época de celo ya terminada y cuando ya se están comenzando a ver polladas de perdices en gran parte de los cotos de nuestro país. Por ello, ese comportamiento de defensa del territorio que es más típico de meses anteriores y no finales de mayo o incluso junio es, cuanto menos, sorprendente.

Asimismo, recordamos otras escenas peculiares que nos han dejado las pugnas entre machos de perdiz en nuestros cotos y de las que nos hemos hecho eco en Jara y Sedal. Por ejemplo, el caso del cazador que colocó su macho de perdiz para después dirigirse a su puesto y esperar a que su reclamo comience a trabajar. Tras un rato de espera, ante el pájaro se presentó una pareja de perdices y el macho entró a la pelea del reclamo, mientras la hembra seguía por la zona sin inmutarse.

       
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