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Esta pareja ha recogido animales atropellados durante un año para la cena de Navidad

La carne que consume esta pareja proviene de animales atropellados. El menú que elaborarán para la cena de Navidad incluye carne de corzo, faisán, conejo y tejón, todos recogidos de las cunetas de las carreteras cercanas a su domicilio. 
16/12/2018 | Redacción JyS

La pareja ha recogido animales atropellados durante un año. / Metro

Después de un año recorriendo las carreteras en busca de animales muertos, Jim Alexander y su novia Betina Bradshaw servirán una cena navideña compuesta de carne de los cerca de 50 cadáveres que han encontrado. El menú incluye carne de ciervo, faisán, conejo e incluso tejón, todos hallados sin vida en carreteras y caminos después de haber sido atropellados.
Jim empezó con este particular modo de consumir carne «por razones ambientales», con la intención de reducir el desperdicio de alimentos, aunque la familia de su pareja lo considera «un asesino en serie».
«Lo hago porque no puedo soportar ver el desperdicio de la vida. Al llevarme a los animales a casa y comérmelos, al menos estoy reduciendo ese impacto del ser humano», cuenta en declaraciones recogidas por el medio digital Metro.

La pareja también recoge setas y hierbas, nada de comprar en el supermercado

Además, Jim aprovecha su pasión por pasear para recoger setas y hierbas en los bosques, así toma todo lo que necesita para cocinar. «Solo voy a la tienda a por cosas que no puedo encontrar en la naturaleza, como pasta de dientes o gel de ducha», asegura.
Jim cuenta que aprendió a encontrar comida en su niñez, ya que se crió en una granja en la antigua Checoslovaquia: «Éramos muy rurales, el tipo de personas que nunca iban a los supermercados», explica.
«Algunas veces la policía se ha parado a mi lado cuando me ha visto recoger un cadáver de la carretera y subirlo a mi camioneta», dice. «Me miran un poco extraño cuando les digo por qué lo hago, pero no estoy haciendo nada malo, así que a veces incluso me han ayudado». 
A su pareja, Betina, le costó un poco adecuarse a esa manera de comer y ver cómo su novio entraba en casa con un ciervo muerto. Fue un proceso gradual al que ahora a está acostumbrada.

       
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