La localidad pacense de Llerena ha acogido la presentación del Proyecto RUFA, una iniciativa de la Fundación Artemisan en colaboración con FEDEXCAZA que pretende recuperar las poblaciones de perdiz roja silvestre y otras aves esteparias. En la jornada, especialmente dirigida a responsables de cotos de caza, ha participado María Eugenia Rodríguez Palop, ecologista y ex eurodiputada de Sumar, quien ha pronunciado una de las declaraciones más contundentes que se recuerdan desde el ecologismo institucional: «No hay campo sin cazadores».
La intervención de Rodríguez Palop, celebrada en la localidad a la que pertenecen los terrenos de la finca El Pedrosillo —donde se desarrolla el proyecto desde hace cuatro años—, no ha dejado indiferente a nadie. Allí, la Fundación Artemisan y la Sociedad de Cazadores “Nuestra Señora de la Granada” llevan tiempo implementando destacadas mejoras. El objetivo es claro: restaurar el equilibrio ecológico de este entorno, devolviéndole la salud al ecosistema y asegurando la conservación de especies clave como la perdiz roja.
«Todos somos necesarios»
María Eugenia Rodríguez Palop, hija de los propietarios de la finca donde se aplica el proyecto, rompió moldes en su intervención al subrayar el papel crucial del mundo cinegético en la sostenibilidad del campo. «Hemos hecho una apuesta con la Fundación Artemisan por la biodiversidad para equilibrar en el campo la actividad cinegética, la agricultura y la ganadería», explicó. «Ahí se demuestra que ese equilibrio es posible, es deseable. Y que no solamente es positivo para la especie animal sino que también es positivo para la especie humana».
Su alegato alcanzó su punto álgido con una frase que resonó entre los asistentes como un auténtico manifiesto de reconciliación entre la conservación y la caza: «No hay campo sin biodiversidad, no hay campo sin agricultura y ganadería y no hay campo sin cazadores. Sin cazadores responsables que se ocupen de hacer una gestión orientada a la conservación de los ecosistemas». Palop, que en su día lideró la candidatura de Unidas Podemos al Parlamento Europeo, dejó claro que el consenso en torno a la biodiversidad no puede excluir a quienes trabajan y viven el campo a diario.
Una iniciativa con resultados
El Proyecto RUFA —siglas de Red de cotos Unidos por el Fomento de perdiz roja y Aves esteparias— se basa en la implicación directa de cazadores, agricultores y gestores de cotos. Se centra en mejoras de hábitat, suplementación de agua y comida, y el control selectivo de depredadores oportunistas. Además, apuesta por una caza adaptativa y un seguimiento científico de las poblaciones de perdiz roja.
El proyecto lleva implantado en Llerena desde hace cuatro años y ya ha arrojado resultados positivos tanto en términos de biodiversidad como de impacto en la agricultura. De hecho, algunas de las actuaciones desarrolladas en los cotos en los que se ha puesto en marcha han influido directamente en las ayudas de la PAC, al considerar la mejora de hábitats agrícolas como un valor añadido dentro de los ecoesquemas.
La importancia de los cotos demostrativos
El acto de Llerena se suma a otras jornadas similares celebradas en puntos clave del Proyecto RUFA, como Corralejo, Güejar-Sierra u Ontiñena, donde se han reforzado las medidas con más comederos, bebederos y siembras específicas. En el caso extremeño, se han introducido métodos de captura de depredadores por especialistas y jaulas para el control de especies como la urraca.
El impacto del cambio climático, con la sequía extrema de 2023 y las temperaturas récord, ha afectado gravemente la productividad de la perdiz roja. Sin embargo, gracias a las medidas aplicadas, la población pre-reproductora se mantiene estable, lo que abre una puerta a la esperanza en futuras temporadas.
Caza y conservación, una alianza necesaria
El mensaje que ha dejado la jornada de Llerena es contundente: la gestión cinegética bien planteada es una aliada de la conservación. No se trata de enfrentamientos estériles entre ecologistas y cazadores, sino de encontrar puntos en común, como ha subrayado la propia Rodríguez Palop: «Todos somos necesarios en la lucha contra el cambio climático y en el mantenimiento del equilibrio natural».
Su participación ha servido como ejemplo de que desde posiciones ideológicas muy diversas se puede llegar a un consenso en torno al medio rural, reconociendo que la caza, practicada con responsabilidad, puede y debe jugar un papel activo en la defensa de la biodiversidad.
