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Un motorista se encuentra frente a frente con un cazador en plena batida de jabalíes y da una buena lección

© Facebook

En un momento en que los conflictos entre usuarios del medio rural —cazadores, senderistas, ciclistas o motoristas— suelen acabar en redes sociales con tonos crispados, una grabación compartida por el motorista Ángel López ha servido para recordar que el respeto sigue siendo la mejor herramienta para convivir. Su vídeo, difundido en Facebook, muestra un breve pero ejemplar encuentro en mitad del monte.

El motorista, que circulaba por una pista forestal, se detuvo al ver a un cazador acompañado de su perro atraillado. En lugar de continuar o acelerar, bajó la velocidad, saludó y preguntó con naturalidad: «Buenos días. ¿Qué andáis de batida hoy por aquí?». El tono cordial del diálogo sorprendió a muchos usuarios.

El cazador, tranquilo, respondió: «Pero por el momento no molestáis, eh». A lo que el motorista replicó: «Ya, pero vamos mejor para otro lado. Sobra monte». Ambos se despidieron con un gesto amable antes de seguir su camino. El vídeo termina con una frase sobreimpresa que resume el mensaje: «No cuesta nada ser respetuoso».

Una escena sencilla con un mensaje claro

La conversación dura apenas unos segundos, pero ha tenido una enorme repercusión. Miles de usuarios han compartido el clip en redes sociales y lo han aplaudido como ejemplo de convivencia en el campo. Frente a la tensión que a veces genera la coincidencia de actividades en zonas rurales, esta escena demuestra que la cortesía sigue siendo un lenguaje universal.

El vídeo fue grabado con una cámara instalada en el casco del motorista y muestra con naturalidad cómo un gesto tan simple como detenerse, saludar y preguntar puede marcar la diferencia. «Marchamos para allá para no molestar», dice el protagonista con tono conciliador, recordando que la montaña es de todos, pero que el respeto debe ser siempre la norma.

En el monte cabemos todos

El campo es un espacio compartido. En él coinciden cazadores, motoristas, ciclistas, senderistas y ganaderos. Cada uno con su forma de disfrutar o trabajar, pero todos bajo un principio común: la convivencia. Escenas como la que protagonizan Ángel López y el cazador anónimo son la prueba de que, con educación y empatía, los conflictos pueden evitarse sin necesidad de prohibiciones ni enfrentamientos.

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