El granizo que acompañaba a las tormentas que se produjeron en buena parte de la Península no sólo ha castigado a las cosechas: las liebres también han muerto por culpa de los impactos de las bolas de hielo.
10/7/2017 | Redacción JyS
Ni zorros, ni galgos ni ninguna rara enfermedad: Granizos del tamaño de una pelota de golf, esos fueron los causantes de la muerte de un cuantioso número de liebres el viernes pasado en La Gineta (Albacete). Las imágenes de las enormes bolas de hielo y de los cuerpos de dos de las liebres que mataron están corriendo como la pólvora por los móviles de los cazadores de la zona.
No es para menos. Esta noticia ha caído como un jarro de agua fría encima de los aficionados a la caza de liebres, los cuales desde hace más de cinco años llevan sufriendo una disminución de las poblaciones de liebre que les preocupa. Además, se da el caso de que La Gineta es uno de los correderos más importantes de Castilla-La Mancha, y en él se celebran cada año las fases previas al Campeonato de España. Los llanos inmensos que lo componen hacen que las liebres tengan una especial resistencia, al tener que recorrer largas distancias hasta encontrar refugio.
Ese entorno limpio y despejado de vegetación es lo que hace que las liebres sean veloces y resistentes, y normalmente suele ser un aliado de las rabonas. Pero el pasado viernes se convirtió en una trampa mortal. Como todos sabemos, las liebres, al contrario que los conejos, no tienen madriguera y realizan su cama a la intemperie. Cuando la granizada llegó, las liebres no disponían de ningún elemento que las protegiese de los mortales impactos del granizo, por lo que murieron sin poder hacer nada.
La localidad segoviana de Balisa, al igual que La Gineta, también sufrió las consecuencias de las tormentas de granizo. En este caso no fueron liebres sino que le tocó a las cigüeñas, tal y como muestran las fotos.