Por cada toro que se lidiará este año en una plaza viven más de 15 animales en el campo bravo, algo que ha llevado a un ganadero a plantarle cara a los animalistas: «¡Todo desaparece si no hay corridas de toros, todo! ¿En serio os llamáis amigos de los animales?», espeta Javier Núñez.
Redacción JyS
Un toro que se lidia en la plaza soporta la vida de quince que se quedan en el campo, según La Palmosilla, ganadería gaditana propiedad de José Javier Núñez. Además, señala que la supervivencia de las 1.140 cabezas de ganado que hoy componen la ganadería «depende de que se lidien los 72 toros» preparados para este año.
La Palmosilla ha rebatido en un hilo en su cuenta de Twitter los ataques de los animalistas, que se han congratulado de que los toros se queden en el campo y no sean lidiados tras la suspensión, fundamentalmente, de las ferias de La Magdalena de Castellón, Las Fallas de Valencia y de Abril en Sevilla.
Esta circunstancia, derivada de la pandemia de coronavirus, ha colocado a las ganaderías de bravo ante la mayor de sus crisis tras la Guerra Civil. La anulación de las corridas dejará en las dehesas a más de mil toros que tendrán dificultades para ser lidiados, según han mantenido en reiteradas ocasiones los presidentes de la Fundación Toro de Lidia, Victorino Martín, o el de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, Carlos Núñez.
Grave crisis para el sector taurino
El sector taurino vive de los ingresos de la taquilla. Las entradas financian a toda una economía formada por empresarios, ganaderos, toreros, cuadras de caballos, sastres, talabarteros y hasta taxidermistas, entre otros muchos.
En el campo quedan los toros, que comen todos los días, y que según los ganaderos tienen un coste de cinco mil euros por cabeza antes de ser embarcados para su lidia. Esta cifra se incrementará si se quedan y caerá en saco roto si el animal va al matadero.
A cargo del toro, en explotaciones que combinan la cría del toro con la actividad agrícola, están mayorales, caballistas y una larga nómina de trabajadores que, en esencia, viven de la cría de reses bravas para ser lidiadas, que es el único destino de este animal.
La respuesta a los animalistas
«Si esos animales no se pueden lidiar en plazas de toros significaría que tendríamos que reducir la población de cabezas de forma drástica. Eso supone una pérdida de genética tan grande que lleva a la extinción de la ganadería a medio plazo», se afirma en la cuenta de esta vacada que pasta en Tarifa (Cádiz).
Esa circunstancia obligaría, según La Palmosilla, a buscar alternativas agrícolas a la ganadería, lo que «supondría una pérdida irreparable en biodiversidad», en las 250.000 hectáreas de dehesa, definidas por la Unión Europea como Sistemas de Alto Valor Natural.
«Ya no serían necesarios los 22 caballos, los 17 bueyes, los 14 perros y los gatos que viven gracias a la lidia de los toros. ¡Todo desaparece si no hay corridas de toros, todo! ¿En serio os llamáis amigos de los animales? ¿Os atrevéis a decir que os importan los animales? Si alguno contesta que sí, que pase por caja por favor», concluye La Palmosilla en su defensa del toreo y el toro.