La enguerina Lorena Martínez ha sido proclamada presidenta de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana y se convierte en la primera mujer en la historia en ocupar el máximo cargo de representación de una institución que aglutina alrededor de 40.000 asociados.
Con su nombramiento, alcanzado gracias a su perfil técnico, la ingeniera de montes, de 32 años, logra derribar los estereotipos que se presuponen de género y edad de un colectivo, el de cazadores, que constituye la segunda potencia en número de federados (sólo por detrás del fútbol), y que ostenta el mayor arraigo territorial y tradicional de toda la autonomía.
«Crecí en un entorno rural, donde la caza no es una opción, sino una necesidad»
Martínez asume la presidencia en un momento trascendental para el sector, en el que la opinión pública y las políticas ambientales y de bienestar animal cercan a la actividad cinegética: «Me aficioné a la caza gracias a mi padre. Crecí en un entorno rural, donde la caza no es una opción, sino una necesidad. Tuve el orgullo de convertir la pasión de mis ancestros en mi profesión, a través de mi titulación en ingeniería de montes y de mi experiencia laboral en la Federación de Caza. En este trayecto, lo único que ha crecido más que mi amor por el sector ha sido el odio vertido sobre nosotros por determinados colectivos».
El programa para su legislatura atiende a las necesidades observadas por la presidenta en su etapa profesional dentro del ente federativo, donde ha ostentado cargos de prestigio como el de Directora de la Escuela de Caza. «Existe una gran distancia entre determinadas políticas e ideologías de sesgo urbano y la realidad rural y de la caza. Sólo una perspectiva técnica, ética, objetiva y analítica puede suturar una herida abierta por el odio no sólo hacia la caza, sino hacia quienes vivimos en el campo y cuidamos de él. Esta ha de ser mi principal contribución como ingeniera», afirma.
«No me asusta mi juventud. Me avala un equipo capacitado y de gran experiencia»
Respecto a la nueva etapa, reconoce el legado de sus antecesores: «En los últimos años la Federación se ha erigido como el referente de todo un colectivo y su principal forma de representación. La defensa de la caza, la cercanía al federado, la cooperación con todos los colectivos del mundo rural, y la difusión de la función social y ambiental de los cazadores son cruzadas cuya continuidad es irrenunciable para nuestro equipo».
En cuanto a los retos a los que se enfrenta, siendo la presidenta más joven de una federación deportiva en el territorio nacional, declara: «No me asusta mi juventud. Me avala un equipo capacitado y de gran experiencia, encabezado a nivel territorial por Oscar Corbí, Delegado de Alicante; y Juanjo Ferrer, delegado en Castellón. Su contribución y apoyo ha sido clave en el nacimiento de este proyecto común y lo será en su desarrollo».
Respecto a la excepcionalidad que supone su figura de mujer prominente en un mundo de hombres señala: «La escasa presencia de la mujer es un déficit estructural y de costumbres heredadas, como sucede en otros ámbitos de nuestra sociedad. En ninguna de mis etapas he encontrado reticencias singulares por mi condición femenina. No obstante, la visibilización y promoción de las mujeres en el sector cinegético constituirá otra de las líneas estratégicas de mi legislatura. Una de las que más me implican a nivel emocional, si se me permite».