La experiencia es un grado y así lo ha demostrado este veterano pescador que ha logrado capturar en Cádiz a sus setenta y nueve años una corvina de casi cuarenta kilos.
7/8/2018 | Redacción JyS
Treinta y nueve kilos aproximadamente es lo que ha pesado la enorme corvina que conseguía pescar el pasado sábado Ernesto Pérez Díaz-Alersi, tal como ha informado La Voz Digital.
Ernesto es un reconocido cirujano gaditano, ya jubilado, y aficionado a la pesca deportiva modalidad que practica desde que era muy joven. Ahora, a sus casi ochenta años, ha vivido una de sus jornadas de pesca más impresionantes.
Como suele hacer habitualmente, salía desde el Náutico de Cádiz a bordo del Bandele, una embarcación que ya ha sido testigo de otras importantes capturas. Sin embargo esta iba a superar todos los pronósticos. Tras una primera parada para pescar caballas que más tarde servirían de cebo, Ernesto y su acompañante Moisés, pusieron rumbo a su destino a una media hora del puerto deportivo de la capital.
Comenzaron a echar anzuelos al agua a ver qué pasaba. Y vinieron caballas, jureles, mojarras… hasta que a Ernesto le sorprendió un enorme tirón. «Sabía que era algo grande porque se llevó casi todo el carrete de la caña». El experimentado pescador no dudó ni un momento, era importante mantener la calma y como pudo peleó tratando de traer a la superficie el pez. «Fueron treinta minutos hasta que lo tuvimos cerca, pegado al barco para poder cogerlo con el bichero». Cuando ya estaba más próximo tuvo que contar con la ayuda de su acompañante, con quien logró subir a bordo el enorme ejemplar de corvina.
¡Casi cuarenta kilos pesaba! Desde las numerosas embarcaciones que pescaban cerca del Bandele se había seguido la hazaña con gran interés y todos mostraban su asombro por lo que acababan de ver.
La captura se producía a unas diez millas náuticas de Cádiz, en una zona a la que suele acudir habitualmente este gaditano gracias a las indicaciones de su amigo y gran aficionado a la pesca deportiva, Óscar Delgado. Ernesto ha demostrado que la experiencia es un grado y ha estado a punto de superar un récord oficioso -no oficial puesto que el pesaje no lo ha realizado la Federación de Pesca-. «Lo pesamos con un peso electrónico y cuando marcaba 38 kilos y medio empezó a hacer cosas raras y no pudimos calcular bien, aunque creemos que en realidad eran más de cuarenta kilos porque entre los dos no podíamos con la corvina y al llegar al Náutico tuve que llevarla en una carretilla».
