La joven pescadora onubense Lorena Benítez tuvo la suerte de hacerse con una de las capturas de su vida el pasado domingo, 3 de enero, en la costa de Punta Umbría: un choco gigante de 5 kilos y 390 gramos. Además, la joven dio con el enorme animal con un antiguo señuelo que restauró durante el pasado confinamiento.
Benítez relata a Jara y Sedal que «en mi familia tenemos un barco y vamos todos los fines de semana a pescar siempre que el tiempo está bien y nos lo permite. Aquel día fuimos a la costa de Punta Umbría, ya que como hacía frío intuimos que el agua estaba bien para pescar chocos».
Una corta lucha de un minuto para sacar al choco
A media mañana aproximadamente, la joven sintió cómo la caña se iba doblando poco a poco hasta que se quedó «prácticamente entera» doblada: «Sabía que era algo que no era normal, y conforme fue acercándose al barco me percaté del tremendo choco que acababa de pescar», describe.
Aunque la lucha no fue excesivamente larga, ya que duró un minuto, sí que tuvo que tener la maña de la pescadora para evitar que el choco se liberase del señuelo.
El señuelo con el que lo pescó
El señuelo con el que la joven se hizo con el impactante choco fue un antiguo Cuttlefish que Lorena restauró y pintó de nuevo durante el confinamiento: «Es un engaño que tiene como pajaritos alrededor, que pinté de nuevo y que ha tenido este gran resultado», asegura.
Por último, explica sobre su afición que «yo nunca había pescado, me enseñó mi pareja; aunque me costó bastante aprender la pesca del choco porque es necesaria mucha sensibilidad y habilidad, ahora es una de las que más disfruto junto a él».
Pesca una monstruosa lubina de 8,2 kilos en Galicia con un señuelo que quiere patentar
El pescador gallego Gonzalo Parafita, gerente también de la tienda de pesca Atlántica, en Carballo (La Coruña) pescó el pasado mes de noviembre una monstruosa lubina de 8,2 kilos con un innovador señuelo que no quiere desvelar, puesto que es de nueva creación y tiene previsto patentarlo, según ha detallado el protagonista a Jara y Sedal. Así nos lo contó.