El autor, con un águila de Harris en el antebrazo, plantea en su cuenta que la afición pierde fuelle entre los más jóvenes y que la edad media sube año a año. Lo hace con un mensaje directo, sencillo y medido al segundo, pensado para pantallas verticales y para abrir conversación en redes. El efecto, a juzgar por los comentarios, ha sido inmediato.
En el vídeo, el cetrero lanza una reflexión que se ha viralizado: «Cada vez hay menos cazadores jóvenes en España. Fijaos este dato, sólo el 5% de los cazadores tienen entre 20 y 30 años. Si seguimos así, en 2050 podríamos tener un 70% menos de cazadores que en la actualidad. Y la media de edad sube cada año. ¿La caza se está pasando de moda? ¿Podría ser el final del humano como cazador? Es importante saber que la caza no sólo es caza, es tradición, es cultura, es conservación de la naturaleza. Pero si no entramos los jóvenes, todo esto se pierde. Por eso te pregunto, ¿qué crees que deberíamos hacer para que las nuevas generaciones vuelvan a mirar al campo como le hicieron nuestros padres y nuestros abuelos? Gracias por tu tiempo.»
El clip, publicado en TikTok por @naturalezaragon, supera los dos mil «me gusta» y ronda los dos centenares de comentarios. La conversación se ha polarizado, pero también ha dejado un diagnóstico compartido por buena parte de los usuarios que se declaran cazadores: entrar y mantenerse resulta cada vez más costoso.
Costes y burocracia, las trabas más repetidas
Entre las respuestas se encadenan testimonios sobre el precio de cotos, licencias y equipamiento. «Yo soy cazador y pienso que cada vez se ponen los cotos más caros y a precios que la gente joven no puede permitirse», escribe un usuario muy apoyado por otros que añaden el incremento de cartuchos, armas y el mantenimiento de los perros. Otro resume: «La caza es cara , muy cara».
También aparece la burocracia como freno. «La burocracia que requiere y el dineral que hay que gastar solo para obtener el permiso de armas también es un factor», señala otro participante. Hay quien propone «más cotos sociales» y facilitar el acceso con cursos asequibles para nuevos aficionados. Algunos jóvenes se asoman, aun así, con voluntad: «Hoy acabo de sacarme el permiso con 14 años», comenta uno; «yo en cuanto sea mayor de edad me saco la licencia», apunta otro.
@naturalezaragon 📉 Cada vez hay menos jóvenes cazadores en España. 👀 Solo el 5 % tiene entre 20 y 30 años, una cifra que no deja de caer. ⏳ El relevo generacional se pierde: la media de edad sube y la tradición peligra. 🌿 Pero la caza no es solo cazar: es conservación, equilibrio, cultura y respeto por la naturaleza. ❓ ¿Qué podemos hacer para que las nuevas generaciones vuelvan a mirar al campo como lo hicieron nuestros padres y abuelos? #cazatradicional #jovenescazadores #conservacion #culturarural #naturalezaragon ♬ sonido original – Ricardo Naturalezaragon
Un debate que excede a la afición
Las respuestas críticas cuestionan la necesidad de cazar y discuten el papel de los cazadores en la gestión del medio. A la vez, varios participantes recuerdan prácticas de conservación que sostienen muchas sociedades locales: siembras, bebederos y control de poblaciones en zonas sin depredadores. El propio autor del vídeo deja clara su postura: «Matar animales sin motivo nunca tuvo sentido ni nunca lo tendrá».
El reto, coinciden los que apoyan la actividad, pasa por normalizar la imagen pública, mejorar el acceso para jóvenes y mujeres y evitar que el coste la convierta en un negocio solo al alcance de unos pocos. Mientras, el vídeo sigue sumando visitas y, con él, un debate que mezcla precios, regulación y una pregunta de fondo: cómo reconectar a las nuevas generaciones con el campo.
