En los últimos años, los jabalíes se han convertido en habituales protagonistas de vídeos virales que muestran sus incursiones en entornos urbanos. El último ejemplo lo ha publicado en Instagram el usuario @rebeldecazador: un sorprendente vídeo en el que se ve a uno de estos animales salvajes durmiendo plácidamente en un piso en obras.
El clip comienza con una escena insólita. Aparentemente, quien graba se encuentra dentro de una vivienda en construcción, con el suelo aún sin rematar y lleno de tuberías y materiales propios de una obra. Al girar la cámara hacia una zona más apartada del inmueble, revela la inesperada presencia: un jabalí tumbado cómodamente sobre el suelo, completamente ajeno a la presencia humana y a los ruidos propios de los trabajos de construcción.
Aunque se desconoce cómo ha llegado el animal hasta allí, lo que está claro es que se encontraba tan tranquilo que parecía estar echándose una siesta. La escena ha desatado todo tipo de reacciones en redes sociales.
La expansión urbana del jabalí
La imagen resulta curiosa, pero no es un caso aislado. En los últimos tiempos, los jabalíes han ampliado su radio de acción y cada vez es más frecuente verlos en entornos urbanos, donde encuentran comida con facilidad y carecen de depredadores naturales. Su presencia se ha vuelto habitual en parques, calles, urbanizaciones y, como en este caso, incluso en edificios en construcción.
La expansión descontrolada de sus poblaciones, unida a la falta de medidas eficaces de control en muchas zonas, ha provocado que estos animales pierdan progresivamente el miedo al ser humano. Hoy en día, los avistamientos de jabalíes en núcleos urbanos son casi cotidianos en algunas regiones de España.
Esta tendencia no solo genera escenas insólitas como la del vídeo, sino que también puede conllevar riesgos para la seguridad vial y la salud pública. En algunos casos, se han registrado ataques a personas, especialmente cuando los animales se sienten acorralados o protegen a sus crías.
Por lo pronto, el jabalí del vídeo ha conseguido lo que muchos trabajadores de la obra probablemente desearían: echarse una buena siesta en mitad de la jornada… aunque, en su caso, sin casco ni chaleco reflectante.