Su esposa le regaló el arma y el día que la estrenaba se hizo con este magnífico jabalí que finalmente ha sido medalla de oro.
28/2/2019 | Redacción JyS
Xabier Monasterio estrenaba el flamante rifle que su mujer le había regalado hacía unos días y, justo en la misma jornada cinegética en la que lo utilizaba por vez primera, se hizo con este impactante jabalí medalla de oro. Aunque sucedió el pasado 29 de septiembre en un coto en Navarra, el cazador ha homologado ahora el trofeo y él mismo nos cuenta cómo sucedió la curiosa historia.
«Fue un día de mucho calor, íbamos en manga corta», pone en contexto Monasterio. En total, se abatieron cinco jabalíes, uno de ellos el que finalmente es el protagonista de esta noticia.
El lance y… 114,2 puntos
El suido finalmente ha dado una puntuación de 114,2 puntos, o lo que es lo mismo: medalla de oro. Todo un reto para el cazador y su esposa, que le regaló el preciado arma ese mismo día, un Browning en calibre .300 Winchester Magnum.
Durante la batida, en la que se batía el monte con sabuesos, el jabalí salió de una zona de monte y pasó por un puesto anterior al de Xabier, pero el cazador lo falló. Posteriormente fue bajando por una ladera y luego por un barranco hasta llegar a las cercanías de Monasterio, que lo esperó en el camino. En ese lugar, frente a frente, pudo abatirlo con su nuevo rifle. Poco después pudo advertir el tamaño del animal, de unos 100 kilos, ¡y el magnífico trofeo que portaba!
El compañerismo, la tónica en la cuadrilla
Sobre su experiencia personal en el mundo cinegético, Monasterio relata a Jara y Sedal que fue su primo, que además lo acompañaba aquel día, el encargado de aficionarlo a la caza mayor, ya que anteriormente practicaba sólo la menor.
La suerte le acompañó ese día, aunque después no ha podido salir de caza: «Al día siguiente empecé a trabajar y no pude ir de caza más, estuve toda la temporada ‘con el mono’», asegura en tono jocoso.
En la actualidad no tiene cuadrilla de caza, aunque acude a algunas monterías esporádicamente. Respecto a ese día, destaca el compañerismo que se vivió durante toda la jornada a pesar de que fue invitado: «La gente se portó muy bien conmigo, fue una cuadrilla para enmarcar. A pesar de venir invitado y abatir el medalla de oro, todo fueron felicitaciones. Me dieron la enhorabuena y no pusieron ninguna pega», concluye.