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¿Puede un jabalí entrar al puesto después de haber cazado a su escudero?

Los jabalíes abatidos por el cazador en el coto almeriense. © M. J.

El joven cazador almeriense Manuel Jurado Portero abatió la pasada semana un jabalí con un destacable trofeo y a su escudero, según cuenta a Jara y Sedal, durante una jornada de espera en un coto social de la provincia de Almería. El cazador destaca que el aguardo se desarrolló durante una noche «cerrada con nubes oscuras» en una zona de siembras de trigo en la que los jabalíes estaban haciendo daños a la agricultura y que fue capaz de cazar primero uno, al que pensó en un primer instante haber fallado, y horas después al grande.

Días atrás el cazador ya se había percatado de de la presencia de un jabalí «que aparentaba ser grande por las profundas huellas de sus patas marcadas en la tierra», por lo que decidió preparar la espera. «Era un barranco grande, por lo que corrías con el peligro de que el aire cambiase constantemente y que los jabalíes te oliesen, por eso aquella noche decidí ponerme en un lugar un poco más alejado de la siembra, a unos 70 metros», explica. Manuel se subió a lo alto de unas piedras y, aunque sabía que era un disparo complicado, intentó así ganar la partida al animal.

Primero, el «escudero»

Otra imagen de los jabalíes. © M. J.

Sobre las 23:00 horas de la noche ya empezó a escuchar los primeros soplidos: «Este jabalí siempre entraba dando bufidos, intentando cogerme el aire», describe Jurado. Aquel día había luna llena y, después de 45 minutos dando vueltas, el animal se decidió a entrar a la siembra y empezó a comer trigo. Ese momento lo aprovechó el cazador para mirar por la retícula de su visor Swarovski Z6i y ¡sorpresa! ¡Comprobó que era otro animal al esperado!

Un certero disparo a 153 metros. «Pese a ello, tenía que hacer control de daños, ya que había dejado demasiadas noches entrar varias piaras sin dispararles y el trigo lo llevaban a tajo», explica el cazador. Por eso encendió la retícula de su visor y apretó el gatillo. Tras el disparo, el jabalí salió corriendo y el joven pensó que lo había fallado. Como era temprano, decidió aguantar un poco más.

El jabalí más grande, recién abatido. © M. J.

Horas después, el gran protagonista

Pasaron las horas hasta las 3:40 de la madrugada, instante en el que el joven vio cómo otro jabalí «venía como un gato» por una rambla arenosa sin hacer nada de ruido. En un hueco del cauce, detectó Manuel al animal bajo la sombra de una higuera. «Al principio, pensé que sería alguna cabra montés de las que hay por la zona, pero al mirar por el visor pude comprobar que era él», recuerda.

«Estaba inmóvil, solo le veía medio cuerpo y quería asegurarme, pero se tiró varios minutos sin mover una pestaña. Tenía los nervios a flor de piel, no sé ni cómo me pude contener y, cuando salió de la protección de la sombra, dio dos pasos y se volvió a parar». Entonces el joven apuntó al codillo y el animal cayó al instante. Había dado caza a un gran jabalí de 90 kilos y a otro que, según relata, siempre le precedía.

Jabalí escudero: ¿existe realmente o es solo una leyenda?

La pregunta no tiene fácil respuesta y la historia que relata Manuel Jurado vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate: ¿existen los jabalíes escuderos que preceden al más grande y protegen o solo es una leyenda? En cualquier caso, y como no es un tema académico, nos basaremos en las opiniones de aquellos a los que hemos escuchado durante todos estos años, muchos de ellos esperistas experimentadospor lo que será mejor que eches un vistazo a este artículo y opines a continuación.

       
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