El cazador castellonense Juan Vicente Serrano Herrero, de 43 años y natural de la localidad de Artana, cazó el pasado viernes 11 de junio, primer día de esperas de jabalí por daños en su coto social, un enorme jabalí en la Sierra Espadán, en las cercanías de Ahín, pequeño municipio de la citada provincia.
El trofeo del animal tenía la peculiaridad de que sus navajas medían 22 centímetros y la amoladera derecha daba la vuelta sobre sí misma y se le clavaba ya en la carne. Según explica el cazador, «le había atravesado la jeta».
Primera noche en el puesto y… ¡sorpresa!
La del pasado viernes era la primera noche de espera de este cazador en su coto social castellonense, una jornada con la que iniciaban el permiso por daños agrícolas del que disponen. Juan Vicente se colocó en el puesto al atardecer y a las 23:00 horas de la noche ya escuchó romper monte: este enorme animal, que no tenía controlado, acababa de hacer acto de presencia.
El cazador se movió y el jabalí se escondió. «Lo primero que pude avistar era que el animal era muy receloso; comía y se paraba, comía y volvía a pararse y levantar la jeta… hasta que me moví un poco y se escondió», relata sobre el carácter esquivo del verraco, de unos 90 kilos de peso pero con unas tremendas defensas.
Diez minutos más tarde el jabalí entró de nuevo al puesto y Serrano lo dejó que se confiara: «Me preparé, le apunté, le encendí la linterna y tuve que disparar rapidísimamente», comenta sobre un lance efectuado sin visor.
No se arriesgó y esperó para pistearlo a la mañana siguiente. Tras ello, el cazador escuchó que el jabalí rompía monte hacia abajo: «Me esperé un buen rato y decidí ir al día siguiente a buscarlo porque era peligroso y no sabía si le había tocado o no», detalla. Ya de mañana, vio «muy poca sangre, nada más que dos gotas en una piedra y poco más». Por ello, decidió coger sus dos beagles y buscarlo con ellos. Tras una hora de rastreo, por fin uno de ellos se lo marcó y lo encontró abatido.
La sorpresa al descubrir el trofeo que tenía. Lo que más impactó al cazador de su trofeo, sin duda, era la descomunal amoladera que tenía, que daba una vuelta completa en sí misma. De navajas, «tiene 22,5 centímetros», pero lo más impactante son sus amoladeras.
Otro jabalí con unas enormes amoladeras abatido por este cazador en 2019
En 2019, Serrano también seguía la pista de otro monstruoso jabalí desde una jornada en la que consiguió grabarlo por primera vez con una cámara de fototrampeo. Un mes más tarde lo cazó. Así se hizo con él.