Tete Haro Catalán es un cazador de 33 años y natural de Vinaroz, un municipio de Castellón, que lleva practicando la modalidad que más le gusta desde que era solo un niño. Ahora, ha sido protagonista de un vídeo que está recorriendo las redes sociales en el que nos muestra una forma realmente curiosa de reclamar zorzales. Podríamos decir que es todo un arte.
Tal y como ha contado al equipo de Jara y Sedal, fue a los 13 años cuando comenzó a cazar zorzales y sus primeros contactos con esta modalidad fueron «en un parany de un gran amigo». Este es un método de caza tradicional practicado antaño en toda la Comunidad Valenciana para capturar estas aves reclamándolos hacia árboles como olivos y algarrobos preparados para esta modalidad.
La Unión Europea prohibió esta técnica, pero la Asociación de Paranyers de la Comunidad Valenciana plantearon iniciar, en este mes de octubre y con el visto bueno de la Generalitat, las pruebas científicas de cesto-malla para recuperar este tradicional método de caza.
Un reclamo fabricado por él mismo
Volviendo al caso de Tete Haro, este cazador lleva «más de 20 años» tocando el reclamo como forma de atraer a los ejemplares de esta especie. «He practicado mucho y escuchado los reclamos de los compañeros más veteranos, que siempre son de los que más se aprende», ha detallado.
Para ello, ha explicado que esos reclamos los fabrica él mismo junto con varios compañeros, y que los hacen a base de latón y cobre. Además, también ha puntualizado que utilizan resina biodegradable.
«Yo hace seis años que cazo en puesto fijo y en mano al zorzal», ha asegurado. Esto lo hace, en concreto, en la zona norte del municipio de Vinaroz, perteneciente a la provincia de Castellón.
De la misma manera y haciendo referencia al vídeo que vemos a continuación, el cazador ha afirmado que sube ese tipo de contenidos tocando el reclamo para «poder enseñar a los compañeros que están interesados en empezar a tocarlo». «Intento ayudarlos en todo lo que puedo», ha destacado.
La caza de zorzales con reclamo
Con estos pequeños reclamos, los cazadores emiten desde su garganta un sonido fuerte y corto que resulta atrayente para los zorzales. De este modo, consiguen que los animales se pongan a tiro de sus escopetas para poder abatirlos. Aunque no es nada fácil.
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Lo cierto es que, en nuestro país, el uso de dispositivos electrónicos para la caza de zorzales, como por ejemplo altavoces que reproducen su canto, es una práctica ilícita, además de tipificada como infracción administrativa. Sin embargo, este tipo de reclamos artesanales, como el que utiliza este cazador, sí están permitidos.
Es digno de destacar este talento de imitar el canto del zorzal pues no muchos aficionados a la caza de nuestro país pueden presumir de tenerlo. Para dominar este arte, es imprescindible conocer el canto del ave y saber realizar los movimientos de labio requeridos para dicha imitación, algo innegociable para llegar a la perfección en esta práctica.