Durante décadas, las organizaciones animalistas han utilizado el bulo del abandono masivo de perros de caza como arma propagandística para atacar al colectivo de cazadores. Primero fueron los 50.000 galgos al año, una cifra imposible que ningún estudio oficial ha respaldado jamás. Después llegaron los informes de PACMA, las proyecciones de AnimaNaturalis y los datos inflados de Fundación Affinity. Todos ellos sirvieron para construir un relato falso que criminalizaba a los cazadores y alimentaba campañas políticas, mediáticas y de captación de fondos. La ausencia de un dato oficial les daba carta blanca para decir cualquier barbaridad. Y las decían.
PACMA, por ejemplo, publicó en marzo de 2023 un estudio que cifraba en 12.295 los perros de caza abandonados en 2022. De esos supuestos abandonos, 5.544 eran galgos y 4.191 podencos; el resto se repartía entre bracos, pointers y otras razas. El propio informe reconocía que la participación era baja y que no incluía datos de comunidades con mayor tradición cinegética. Aun así, el partido animalista presentó los resultados como una “radiografía nacional” y como una verdad incuestionable.
La base metodológica era pésima. No existía verificación externa ni control de duplicidades, y todas las entidades participantes eran abiertamente anticaza. En la práctica, se trataba de una encuesta de opinión, no de un estudio estadístico. A pesar de ello, la cifra se difundió en medios generalistas y en redes sociales como un hecho probado, reforzando el mito de que los cazadores «abandonan miles de perros al terminar la temporada».
Fundación Affinity siguió un camino similar. Cada año publicaba un informe con cifras globales de abandonos en España, en el que se hablaba también de perros “de caza” simplemente por su raza, sin aclarar si realmente pertenecían a cazadores ni si eran perdidos o robados. En 2024, Affinity estimó 173.000 perros abandonados en todo el país, basándose en extrapolaciones de centros colaboradores pero sin datos oficiales. Ni PACMA, ni Affinity habían aportado nunca un registro estatal fiable y aún así muchos medios los tomaban como verdaderos.
Primer informe con datos oficiales
La Dirección General de Derechos de los Animales reconoció en 2021 que no existían estadísticas oficiales sobre abandonos de perros de caza. Se remitía a los informes privados de los grupos animalistas y prometía que, una vez completado un censo estatal, se dispondría de datos verificables. Esa información ha sido presentada en 2025, a través del primer estudio oficial elaborado por el propio Gobierno sobre la recogida y salida de perros en España, con datos aportados por 284 centros entre ayuntamientos y protectoras. El informe, basado en información directa de los servicios municipales y entidades de protección animal, es el primero que permite dimensionar el fenómeno con rigor. Y sus resultados no solo no confirman las tesis animalistas: las pulverizan dejando en evidencia su falsedad.
Menos de 19.000 perros recogidos en 2023
Según el estudio, en 2023 se registraron 18.764 entradas de perros en los centros municipales y protectoras de toda España. De ellos, 18.009 salieron (por adopción, devolución, traslado o fallecimiento), y solo 755 permanecían en los centros al cierre del año, lo que arroja una tasa de retención del 4 %.
El dato más relevante es que solo el 81,1 % de las entradas corresponden a perros “perdidos o abandonados”, lo que implica que el 18,9 % restante fueron entregados por su propietario o incautados por las autoridades. En cifras absolutas, hablamos de 15.216 perros realmente perdidos o abandonados en toda España en 2023. Esta cifra incluye todas las razas, edades y circunstancias, y tampoco distingue entre un perro extraviado temporalmente, uno robado y uno realmente abandonado. En otras palabras, el número de abandonos reales es incluso menor que el registrado.
Los perros de raza de caza: sólo el 12,9 % del total
El informe del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030 clasifica los perros recogidos por tipo. Los datos son aplastantes: el 50,8 % de los perros recogidos son mestizos, el 21,3 % pertenecen a otras razas, el 12,9 % se clasifican como perros de razas de caza (sin confirmar si realmente pertenecen a cazadores), el 12,3 % como potencialmente peligrosos (PPP) y el 2,8 % como galgos. A partir de estas cifras puede calcularse el número real de perros de caza recogidos en 2023.
El 12,9 % de 18.764 supone 2.422 perros de caza en total, incluyendo ejemplares que podrían usarse para la actividad cinegética por su raza. Si aplicamos el 81,1 % correspondiente a “perdidos o abandonados”, el número real de animales extraviados o abandonados sería 1.965. En cuanto a los galgos, el 2,8 % equivale a 525 ejemplares recogidos, de los cuales solo unos 425 estarían realmente perdidos o abandonados.
Frente a los 12.000 de PACMA o los 50.000 de las organizaciones animalistas, el dato oficial del Gobierno sitúa el número real en torno a los 2.500 perros de razas de caza en todo el país. Y eso, insistimos, sin poder confirmar que realmente fueran abandonados, no extraviados o robados. El propio informe clasifica a los animales por tipo de raza, no por su uso o propietario. Por tanto, el dato no permite afirmar que esos perros fueran empleados para la caza o que procedan de rehalas o galgueros, tal y como a los animalistas le gustaría.
El sesgo anticaza de las protectoras
Uno de los aspectos que más llaman la atención del estudio es la comparativa entre las cifras aportadas por ayuntamientos y protectoras. Mientras los servicios municipales muestran un patrón equilibrado y coherente con la realidad del país, las protectoras declaran cifras muy superiores en la categoría de “perros de caza”. Según el informe, los ayuntamientos recogen un 9,3 % de perros de caza, mientras que las protectoras declaran un 22,3 %. El GAP de 13 puntos porcentuales revela una sobrerrepresentación clara por parte de las entidades privadas.
En cambio, en todas las categorías no vinculadas con la caza, los ayuntamientos superan a las protectoras: un 4,2 % más en mestizos, un 6,6 % más en PPP y un 4,5 % más en “otras razas”. Esto significa que las protectoras están declarando casi el triple de perros de caza que los ayuntamientos, un patrón que encaja con la sospecha mantenida durante años por el sector cinegético: los datos de las protectoras están inflados para reforzar un relato ideológico. Además, el informe revela que los ayuntamientos identifican al 36,1 % de los perros recogidos mediante microchip, mientras que las protectoras solo al 19,5 %, lo que sugiere que muchas entidades privadas podrían no estar registrando correctamente el origen de los animales.
La Fundación Affinity queda en evidencia
Si se comparan estos datos con los difundidos por Fundación Affinity, la diferencia es abismal. Affinity estimaba en 2024 una cifra de 173.867 perros abandonados, frente a los 15.216 perdidos o abandonados reales que el Gobierno contabiliza en 2023. Eso supone una sobreestimación de más del 1000 %.
La conclusión es que ni PACMA, ni Affinity, ni AnimaNaturalis han contado nunca con datos verificables. Durante años se basaron en encuestas parciales, extrapolaciones o simples estimaciones, sin controles, sin auditorías y sin respaldo institucional. Una ausencia de rigor que solo servía para sostener sus titulares contra la caza.
Por primera vez, un documento elaborado por el propio Gobierno da la razón a los cazadores. Los datos oficiales demuestran que el abandono de perros de caza en España no solo no es masivo, sino marginal. Las cifras desmienten la narrativa que durante años ha alimentado campañas de descrédito, programas de televisión y titulares sensacionalistas. Los cazadores españoles mantienen, cuidan y entrenan miles de perros en condiciones reguladas, con controles veterinarios y sistemas de identificación. Las rehalas, galgueros y sociedades cinegéticas están sujetas a normativas autonómicas estrictas y a revisiones sanitarias. Pese a ello, han sido injustamente señalados como los principales responsables del abandono animal. El nuevo informe no deja lugar a dudas: los datos que sirvieron para criminalizar a un sector entero eran una manipulación ideológica, repetida durante años sin base empírica.
Datos contra ideología
El informe del Gobierno marca un antes y un después. Los números son oficiales, públicos y verificables. Y su lectura no admite interpretación: menos de 3.000 perros de razas de caza realmente perdidos o abandonados en toda España frente a los 50.000 que repitieron los grupos animalistas. Una diferencia de proporciones escandalosas que deja al descubierto la falsedad de un relato que ha hecho mucho daño al sector cinegético.
@jara_y_sedal ♬ sonido original – Jara y Sedal
La caza no es el problema del abandono animal en España y que los cazadores tienen razón: el problema real es la manipulación sistemática de la verdad para imponer una ideología contraria a una actividad legal, regulada y con profundo arraigo rural. Los datos del propio Gobierno confirman lo que los cazadores llevan años denunciando: la verdadera mentira es la del abandono masivo de los perros de caza.
