Una sorprendente tendencia ha capturado la atención de los amantes del yoga en los Estados Unidos: el ‘goat yoga’ o ‘cabra yoga’. Esta innovadora modalidad, que combina la práctica del yoga con la interacción directa con cabras, ha ganado popularidad rápidamente y se ha extendido a rincones de todo el mundo.
La ideóloga detrás del ‘cabra yoga’ es Susane Marsh, quien comenzó a celebrar sus clases en una granja en las afueras de Tennessee. La idea surgió como una forma de hacer que el yoga fuera más divertido y accesible, al mismo tiempo que se promovía el bienestar animal. Durante las sesiones, las cabras interactúan libremente con los participantes, subiendo sobre sus espaldas mientras realizan las posturas de yoga.
El éxito de esta modalidad ha sido tal que ha inspirado a otras iniciativas similares, como la Fundación Grady Goat en Florida. Impulsada por Debbie y Rob Canton, esta fundación organiza clases semanales de yoga con cabras y otras actividades de recaudación de fondos. El objetivo es rescatar cabras que han sido descuidadas o abandonadas y proporcionarles cobijo en su santuario.
Las sesiones de ‘cabra yoga’ atraen a decenas de personas que buscan una forma diferente de practicar yoga. Los participantes aseguran que la presencia de las cabras ayuda a eliminar tensiones y a relajar los músculos, creando un ambiente de alegría y desconexión del estrés diario. Muchos de los que prueban esta modalidad, repiten la experiencia, encantados con la interacción con los animales y los beneficios físicos y emocionales que obtienen.
La popularidad del ‘cabra yoga’ no se limita a los Estados Unidos. La tendencia ha comenzado a expandirse a otros países, donde cada vez más personas se interesan por esta forma innovadora de combinar ejercicio y contacto con el medio rural. Las redes sociales han jugado un papel crucial en la difusión de esta moda, con numerosos vídeos y fotos de participantes compartiendo sus experiencias con las cabras.