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Denunciado un ganadero de Burgos por almacenar en un saco 57 costillas y dos cepos

© Guardia Civil

Durante una inspección rutinaria, la Guardia Civil ha localizado varias trampas consideradas «artes y medios prohibidos para la caza» dentro de una finca ganadera de la comarca de La Bureba, en Burgos. El hallazgo incluye 57 costillas o ballestas, dos cepos y tres jaulas trampa, todos ellos «inactivos aunque en buen estado», lo que ha motivado una denuncia contra el propietario por presunta infracción a la Ley del Patrimonio Natural y la Biodiversidad.

Inspección con perros adiestrados en detección de venenos

Los hechos tuvieron lugar hace unos días, como resultado de la labor preventiva del SEPRONA, unidad especializada de la Guardia Civil, que en esta ocasión contó con la colaboración del Servicio Cinológico de Castilla y León. Este último aportó un guía canino y varios perros entrenados en la localización de venenos para reforzar un amplio dispositivo de inspección ambiental.

El operativo se desplegó tanto en el entorno natural como en las instalaciones agrícolas y ganaderas de la finca. Durante la inspección, en la que estuvo presente el propietario del terreno, llamó la atención la presencia de «tres jaulas trampa de grandes dimensiones», dispersadas por la parcela. Este detalle activó las alertas de los agentes, que decidieron realizar un reconocimiento más exhaustivo de las instalaciones.

Material incautado por la Guardia Civil. © Guardia Civil

Fue así como, en el interior de una nave donde se almacenaban aperos agrícolas, encontraron un saco de plástico. En su interior había 57 costillas metálicas y dos cepos de distintos tamaños. Los dispositivos estaban en buen estado de conservación por lo que los agentes consideraron que «podían ser utilizados en cualquier momento».

Denunciado por la tenencia de medios prohibidos para la caza

Desde la Guardia Civil han explicado que este tipo de instrumentos están prohibidos por su naturaleza no selectiva. La simple tenencia de estos medios de captura, como las ballestas, los cepos o las jaulas trampa, está sancionada debido a que pueden poner en riesgo la vida tanto de animales silvestres como domésticos, e incluso de personas.

Los dos cepos decomisados. © Guardia Civil

«Cabe señalar que el uso indiscriminado de estos artilugios puede poner en grave riesgo no solo la vida de animales silvestres y domésticos, sino la integridad de las personas que desconocedoras de su existencia, -cuando son colocados ocultos a la vista y/o camuflados en pasos de animales- pueden quedar atrapadas o sufrir lesiones en caso de accionarse», han advertido fuentes del instituto armado.

Tras verificar que todos los dispositivos estaban inactivos pero funcionales, fueron decomisados y trasladados para su depósito. La Comandancia de Burgos ha elaborado la correspondiente acta denuncia, que ha sido remitida al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

La Guardia Civil intensificará los controles

Por el momento, no se ha detectado la presencia de sustancias venenosas o tóxicas en la explotación, aunque las investigaciones no se dan por cerradas. El SEPRONA continuará desarrollando inspecciones en toda la provincia con el objetivo de erradicar prácticas ilegales vinculadas al uso de medios no selectivos de captura, venenos y otros delitos contra el medio ambiente.

Desde la Guardia Civil recuerdan a la ciudadanía la importancia de colaborar denunciando cualquier indicio de este tipo de actividades ilícitas. Para ello, ponen a disposición el número de teléfono 062, así como la app gratuita Alertcops, a través de la cual se puede comunicar información de forma discreta y anónima, tanto en el ámbito medioambiental como en otros relacionados con la seguridad.

       
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