La diputada y ganadera Marta García, de Ciudadanos Cantabria, ha protagonizado un lapidario discurso en defensa del mundo rural, la ganadería, la agricultura, la caza, la pesca y sus costumbres en la votación de una PNL propuesta por el grupo parlamentario VOX que pretende eliminar la prohibición de la caza y la pesca que se contempla en la ley de Parques Nacionales.
Se trata, en palabras de García, de «una ley basada en las prohibiciones, en el cinismo y en la hipocresía» porque «pone en riesgo las actividades tradicionales en el Parque Nacional de los Picos de Europa».
García recordó que la presencia humana en este lugar es de hace más de 10.000 años y que las actividades como la caza, la ganadería, la agricultura y la pesca moldearon el paisaje, «resultante de años de cultura pastoril que dieron forma a los caminos, a los invernales, a las majadas… que de salvaje, tiene muy poco», dijo.
«Fueron sus pobladores responsables, con su trabajo, de conservar un territorio medioambiental, faunístico y de una gran belleza paisajística», continuó la ganadera. Gracias a ellos, «hace cien años, se pudo declarar como Parque Nacional a los Picos de Europa y hoy se ve comprometido por leyes como esta, entregada a las prohibiciones y a los lobos», denunció García.
La ley «es tan chapucera que lesiona gravemente los intereses de actividades esenciales como la caza, la pesca, la ganadería, la agricultura y el pastoreo tradicional, pero también pone en riesgo los asentamientos humanos relacionados con el Parque», añadía. Repetía que «la ley es tan chapucera que ésta ya contemplaba 2180 días de moratoria».
Una ley «tramposa, con un toque de cinismo y un alto grado de hipocresía»
Además, García tildaba a la ley de «tramposa, con un toque de cinismo y un alto gradeo de hipocresía», porque contempla el control poblacional de las distintas especies por daños. La ley sí permite la caza en los parques nacionales para el control poblacional de especies como el lobo, el jabalí, el rebeco, el corzo, el raposo… pero no permite que la realicen los cazadores. «¿Me pueden explicar qué diferencia hay que a un animal salvaje lo mate un guarda, uno de TRAGSA o un cazador?», se preguntaba la ganadera.
«Ya le digo yo que los cazadores pagan por hacer el trabajo, y ahora van a pagar los ciudadanos a cargo del presupuesto de turno, porque el control poblacional nos costará dinero a los españoles, cerca de 320 millones de euros, cuando antes los cazadores nos pagaban por hacerlo», añadía tras la interpelación a sí misma.
«Es una ley que se hace solamente por buscar un puñado de votos de animalistas y ecologistas de sofá»
Por último García ha explicado que ha llegado a la conclusión de que esta ley se elaboró desde «un despacho urbanita allá en Madrid por políticos a cientos de kilómetros de este Parque Nacional que pisotean con atrevimiento milenios de trabajo, cultura y tradiciones». Y eso es, en palabras de García, «vergonzoso» porque se realiza «solamente por buscar un puñado de votos de animalistas y ecologistas de sofá, despreciando a quienes cuidan y conservan el territorio. Pero es que en los pueblos hay pocos votos…».
La caza «es necesaria para el empleo verde»
Por último, García puso de manifiesto que «la caza es necesaria para el empleo verde, para aportar y fijar población en los lugares donde se realiza, para evitar accidentes de tráfico y enfermedades, para mantener nuestra cultura y tradiciones… negar los beneficios de la caza es ser negacionista», finalizaba. «Es mejor prohibir la caza a los cazadores, que generan millones de euros, que se dejan el dinero en licencias, en el veterinario rural, en cotos, en la gasolinera del pueblo, en los alojamientos rurales… que dan vida social y económica a los pueblos en grave riesgo de despoblación», concluía García.