La escena forma parte de uno de los capítulos de Seprona en acción, el espacio de Discovery Max que acompaña a las patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en su trabajo diario. En este caso, las cámaras recogen un operativo desarrollado en las carreteras de la costa onubense, dentro de una campaña contra la pesca ilegal. El objetivo es interceptar transportes de pescado y marisco que eluden el paso obligatorio por lonja, sin etiquetado ni control sanitario, una práctica furtiva que perjudica al sector legal y que puede poner en riesgo la salud pública. En ese contexto, una furgoneta que se aproxima al control llama la atención de los agentes: su conductor es un viejo conocido por reincidir en este tipo de infracciones.
El control destapa 20 kilos de pulpo sin trazabilidad
A requerimiento de los agentes, el hombre abre el maletero y aparecen varios ejemplares de pulpo. Siguen las preguntas: «¿De dónde viene el pulpo?», «¿Dónde, qué lonja, lo has comprado?». El conductor sostiene que lo adquirió en Ayamonte y que era «para el consumo mío», pero admite que no pasó por lonja y que no puede aportar «documentación». La voz en off recuerda que la flota pesquera debe desembarcar en lonja para pesaje, etiquetado y control sanitario, y que el etiquetado y el albarán de acompañamiento son obligatorios.
Los guardias pesan la carga en el lugar: 20 kilos. La cantidad y la falta de papeles refuerzan la hipótesis de un transporte fuera de circuito. Cuando el hombre intenta guardar de nuevo el género, recibe una orden tajante: «Caballero, no guarde el pulpo. Sabe que el pulpo se lo vamos a intervenir».
Reincidencia y un intento de rebajar la gravedad
Los agentes señalan que se trata de «un conocido y habitual» en este tipo de transporte clandestino. El conductor intenta minimizar lo ocurrido: repite que no es «una cantidad» para vender y que es «para el consumo». También alude a sanciones previas que —dice— ya pagó, mientras intenta convencer a los guardias de que no eleven el acta. El tono sube por momentos y llega el estribillo que da nombre a la escena: «Me vais a buscar la ruina».
La patrulla mantiene el criterio. El hecho de no acreditar procedencia ni trazabilidad impide dejar la mercancía en circulación. Los funcionarios insisten en que no pueden «dejarlo salir a la comercialización y a consumir» sin los controles reglamentarios.
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Intervención de la mercancía y aviso sanitario
La intervención del pulpo (Octopus vulgaris) se acompaña de una explicación pedagógica: cuando el pescado elude la lonja y viaja sin papeles, no hay garantías sobre tallas, frescura ni condiciones de conservación. La voz en off advierte de que eludir los controles puede derivar en intoxicaciones y, llegado el caso, en responsabilidades por atentar contra la salud pública.
La secuencia cierra con la descarga y requisado de la mercancía. «Escúchame, no te compliques la vida… Sácalo para acá, ven», se oye a un agente mientras ordena colocar los ejemplares para su intervención. El conductor, resignado, asiste al recuento en carretera. El acta queda redactada y el caso suma un nuevo episodio al historial del «viejo conocido» del Seprona en Huelva.