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El Gobierno pretende capturar lobos y soltarlos en zonas donde no hay, según Artemisan

@ Shutterstock

La Fundación Artemisan advierte que el documento «bases para la elaboración de una estrategia para la conservación y la gestión del Lobo (Canis lupus) en España», elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), abre las puertas a traslocaciones de animales que expandirán el conflicto a otras localizaciones geográficas en las que no hay lobo en la actualidad.

Así se pone de manifiesto en las alegaciones presentadas por la Fundación al borrador de bases elaborado por el MITERD, señalando que el documento contempla un plan autonómico de control en situaciones con casos de depredación, pero no habla de abatimiento de ejemplares, con lo que se podría contemplar su captura y liberación en otras zonas.

Entre las alegaciones presentadas, Fundación Artemisan destaca que esta estrategia pretende, sin justificación alguna, sustituir a la anterior, aprobada con consenso y que funcionaba correctamente y, en opinión de la Fundación Artemisan, contempla medidas que supondrán un grave perjuicio para los agricultores, para la especie y para la sociedad en general.

Así, señala que se ha eliminado el ‘Anexo I. Participantes en la redacción de la Estrategia’, que sí aparece en el índice del documento, por lo que se desconoce la autoría de las personas encargadas de su elaboración y, por tanto, su experiencia profesional, quedando su validez en entredicho.

Además, sorprende que, según el borrador, se pretenda promover una gestión consensuada y propiciar la participación de todos los sectores interesados, cuando parte de la inexistencia del consenso, ha producido importante malestar entre los sectores afectados y no se ha tenido en cuenta en su redacción a los ganaderos, el colectivo que más relacionado está con la especie.

En cuanto al contenido, Fundación Artemisan alega que el manejo del hábitat dentro de esta estrategia se condiciona en función del lobo, fomentando zonas de refugio y reproducción en espacios donde, a priori, la población de ungulados no es abundante, por lo que se generará mayor impacto aún sobre la ganadería. Además, se considera el vallado para la cría de ganado extensivo o la caza como un conflicto en sí mismo, supeditando su instalación a la evaluación del impacto sobre el lobo.

También discute la propuesta de uso de muladares como disposición de carroña para el lobo, cuando el Real Decreto 1632/2011 que los regula señala que deberán disponer de una zona acondicionada cuyo acceso esté restringido a los animales de la especie que se desea conservar, si fuera necesario por medio de vallas, vallas que la propia estrategia pone en cuestión.

El peso de la estrategia, sobre los ganaderos

Al mismo tiempo, la Fundación cuestiona que la precepción de las indemnizaciones por daños ocasionados por lobo se condicione a la adopción de medidas para para evitar los daños, ya que estas medidas deben ser financiadas por la administración competente, sin que la estrategia haga referencia a ello. De esta manera, se carga una vez más todo el peso de la estrategia sobre los ganaderos.

Otro aspecto importante es que la evolución de la especie y población actual en España es una de las mejores a nivel europeo, con en torno a 300 manadas y más de 2.500 ejemplares, por lo que no tiene sentido la pretensión de la estrategia de generar flujos continuos de efectivos entre la Península Ibérica y Centroeuropa para evitar un asilamiento genético que es inexistente en España.

Por otro lado, Artemisan critica que en el documento se considere que la caza del corzo en determinadas zonas puede ser un uso incompatible con la protección del lobo, una actividad que en provincias como Soria, Guadalajara o en todo Aragón es una de las fuentes principales de ingresos para los pueblos de la denominada España vaciada. También es objeto de crítica el hecho de que se pretendan limitar la instalación de vallados cinegéticos y ganaderos en determinadas zonas .A ello se suma la sustitución del aprovechamiento cinegético de la especie por medidas de control por parte de las administraciones.

Finalmente, y entre otra cuestiones, Artemisan cuestiona la creación de un código deontológico sobre comunicación e información del lobo que condicionará la libertad de información de los profesionales de la comunicación, así como la participación social condicionada y sesgada que propone el borrador para el grupo de trabajo, en el que solo tienen cabida aquellos que demuestren interés y bagaje en tareas proactivas a favor de la convivencia del lobo, limitando la participación de científicos, técnicos o gestores.

Por todo ello, Fundación Artemisan ha remitido un amplio documento de alegaciones al borrador elaborado por el MITERD, esperando que sean estudiadas y que, finalmente, prime el interés de la propia especie y el consenso de todos los sectores implicados, y no la ideología o los intereses de determinados colectivos.

       
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